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Crónica:FÚTBOL | 21 ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Golpe de autoridad del Barça

El equipo azulgrana barre al Sevilla en un segundo tiempo en el que su juego y su tremenda pegada causan estragos

Ramon Besa

A mayor reto, mejor respuesta. La condición de líder pesó mucho más que el factor campo, y el Barcelona acabó en un suspiro con la imbatibilidad del Sevilla en el Sánchez Pizjuán con una goleada que rebaja cualquier litigio sobre el juego. Puesto que el partido se presentaba como decisivo para la suerte del campeonato, el marcador resultó tan gratificante para los azulgrana como disuasorio para sus rivales. El Barça dominó cuantas facetas se demandan para ganar un choque de palabras mayores: funcionó como un equipo muy entero y sus futbolistas desequilibrantes, Ronaldinho y Eto'o, decidieron en un santiamén, con la delicadeza y la contundencia de los grandes.

Cuando Eto'o encontró el camino del gol, los barcelonistas no pararon hasta sentenciar en menos de un cuarto de hora. El equipo se disparó en once minutos espléndidos que merecieron incluso el aplauso del Sevilla: Baptista en persona firmó el segundo tanto azulgrana en una jugada que expresó la desdicha local y la fortuna forastera. La calidad física del Sevilla no pudo con el virtuosismo del Barcelona, que respondió a las exigencias y expectativas con la autoridad propia del que se siente el mejor. Fue mejor el Barcelona y las decisiones de Rijkaard pesaron más que las de Caparrós.

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Adriano buscó la sorpresa y Albertini aportó solidez

Acostumbrado al racionamiento, Rijkaard procuró administrar la abundancia en cuanto se vio rodeado de profesionales. La alineación expresó la situación de mejora en el Barcelona, que desde ayer puede plantearse los partidos con catorce jugadores y distintos matices tácticos. Obturada como estaba últimamente la banda izquierda, porque ni Van Bronckhorst defendía bien ni Ronaldinho atacaba mejor, el técnico recurrió a Sylvinho, dispuso que Márquez encimara a Baptista y situó a Giuly como ariete para que enfrentara y moviera a los centrales del Sevilla. El planteamiento estuvo muy bien como punto de partida. También Caparrós intervino acertadamente en el equipo, especialmente al optar por el debutante Adriano como volante zurdo.

Adriano le dio una salida magnífica al Sevilla por el margen izquierdo, mal guardado por Belletti, frente al serpentear de los delanteros del Barça, que se arrimaban a la cancha ajena con rapidez y determinación. Jugaban unos y otros a un ritmo de vértigo, tanto que difícilmente se podía precisar el remate, y de ahí que ninguno cobrara un gol al fin de un primer acto sensacional. Ronaldinho tuvo hasta cuatro remates francos pero el Sevilla tapió la meta con oficio.

Los azulgrana fueron superiores al inicio y al final. Presionaron, mataron el partido con faltas tácticas y atacaron a una velocidad muy difícil de contrarestar. El Sevilla contuvo al rival y también lo buscó. Adriano, Antoñito y Renato enfilaron a Valdés mientras la hinchada la tomaba con el árbitro porque a su entender le descontó dos penaltis, uno a Antoñito y otro por manos de Belletti, previo empujón. La pillería de Antoñito es tan difícil de defender como las jugadas de estrategia del Sevilla. De ahí el mérito de Márquez, que ejerció de tercer y segundo central para saltar con Baptista.

Tenían barcelonistas y sevillistas suficientes argumentos para confiar en poder resolver el encuentro a su favor para suerte de las dos aficiones, que disfrutaban con un juego vigoroso, competitivo, tenso, bonito. Llegado el descanso, Rijkaard entendió que era momento de intervenir de nuevo y recurrió al debutante Albertini en detrimento de Belletti, para que Oleguer pasara a jugar de lateral. Tocó una tecla el entrenador y el equipo se puso a marcar goles. Las transiciones azulgrana fueron incontenibles. Muy bien armado por Ronaldinho, felizmente reencontrado, y al galope de Eto'o, el Barça decidió en menos que canta un gallo. El Sevilla se quedó grogui, tumbado por la pegada del Barcelona, que se regaló un segundo tiempo estupendo, con Albertini de medio centro. Su superioridad fue tan abrumadora que hoy se dispone a disfrutar de la jornada desde un sillón preferencial. El Barça pasó la prueba del algodón.

Martí y Ronaldinho disputan un balón.
Martí y Ronaldinho disputan un balón.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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