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Reportaje:

El sello de don Miguel

El nombre del presidente de Cajasur quedará ligado a la vida cultural y social de Córdoba

Manuel Planelles

Traje de chaqueta oscuro en contraste con el fondo rojo y el logotipo blanco de Cajasur. Miguel Castillejo, presidente de la entidad desde hace casi tres décadas, dirige un discurso a miles de sus empleados que le escuchan sentados a unas mesas con manteles también rojos. Es el tradicional almuerzo en conmemoración de la festividad de la Sagrada Familia, la patrona de la hermandad de los empleados, el domingo pasado. Don Miguel, como se conoce a este sacerdote en Córdoba, habla desde el púlpito y sus empleados le siguen en unas enormes pantallas de televisión.

El presidente se congratula de que, por primera vez, se celebre el almuerzo en el recinto que se acaba de inaugurar en Córdoba: El Centro Socio Cultural Miguel Castillejo, el pabellón de exposiciones más grande de España y uno de los mayores de Europa.

Don Miguel dejará de presidir Cajasur a finales de este año si se cumple el pacto que han alcanzado la Junta de Andalucía y la Iglesia Católica para la vuelta de la entidad a la tutela autonómica. Pero su nombre quedará ligado, literalmente, a la ciudad de Córdoba.

El centro Miguel Castillejo, un mastodonte de más de 33.000 metros cuadrados y un coste de unos 30 millones de euros, resuelve muchas necesidades de infraestructuras en la ciudad de Córdoba. En este espacio, en el que unas 6.000 personas pueden disfrutar de actuaciones en directo, se celebrarán acontecimientos tan importantes como Joyacor, la feria del sector empresarial referente de la ciudad. Y lo harán bajo un nombre: Miguel Castillejo.

"Es la figura que más capacidad de influencia ha tenido en la ciudad", dijo hace unas semanas el responsable de los socialistas cordobeses, José Antonio Ruiz Almenara. Y su influencia se deja ver también de forma física. Además del enorme pabellón, en Córdoba hay una clínica, dedicada a la reinserción de alcohólicos, un taller de restauración y una fundación Monseñor Castillejo Gorraiz, presidida por el sacerdote y entre cuyos vocales se encuentra una de sus hermanas y dos de los máximos dirigentes de la caja: Francisco Jesús Jurado y Diego Jordano. Esta fundación, que se constituyó en febrero de 2004, nace con una dotación de 30.000 euros y con el objetivo de promover "el desarrollo de la cultura, referido en este concepto a todas sus posibles manifestaciones, en cuanto contribuyan a promover el humanismo cristiano como pauta de toda acción social". Unos fines similares a los de la Obra Social y Cultural de Cajasur, que para el 2005 tiene un presupuesto de más de 22 millones de euros.

Pero la expansión de Cajasur por el resto de Andalucía también se ha traducido en una expansión de la Obra Social de la entidad y, por lo tanto, del nombre de don Miguel. En Jaén, por ejemplo, además de un colegio, uno de los centros de exposiciones más importantes de la ciudad también lleva su nombre.

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Y, como no, don Miguel también es un referente en su pueblo natal, Fuente Ovejuna (Córdoba), donde tiene una calle y una plaza, en la que está ubicada una sucursal de Cajasur. Quizás, cuando sus paisanos pasen por esa plaza dentro de unos años lo recuerden como "un hombre bueno que pasó por la vida haciendo el bien", tal y como el mismo confesó que quería ser rememorado en una entrevista concedida hace dos años.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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