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El gasto farmacéutico creció casi el 8% en 2004 hasta rozar los 500 millones

Los ciudadanos vascos utilizaron más de 31 millones de recetas, 15 de media por persona

La factura farmacéutica no deja de subir. El cierre provisional de 2004 indica un incremento del gasto público en medicamentos de entre el 7,5% y el 8% en relación a 2003, con cerca de 470 millones de euros de desembolso. Ayer mismo, el Consejo de Gobierno autorizó para este año un crédito por ese mismo concepto de 487,5 millones de euros, apenas un 3,7% más, aunque la consignación en los Presupuestos fue 9,3 millones superior (496,5).

Este apartado de gasto sigue siendo una de las grandes magnitudes de Sanidad, al alcanzar el 70% de su presupuesto de gestión, y ya supera el 20% del gasto total sanitario, incluido el sistema asistencial de Osakidetza.

El envejecimiento de la población y el aumento de la expectativa de vida son las principales causas de que el gasto farmacéutico no deje de crecer. La mayor parte de los medicamentos se receta a las personas mayores de 65 años, que son las que más patologías acumulan y que, por su condición de pensionistas, no pagan nada. A lo largo de 2004 se utilizaron más de 31 millones de recetas (un 4% más), lo que da una media de 15 por persona. El gasto por receta ascendió a 14 euros (un 3,5% más), lo que refleja una tendencia a la estabilización en los últimos años, gracias al uso de genéricos. Se trata de una de las cuantías más elevadas del Sistema Nacional de Salud, pero como contrapartida el índice de utilización de recetas por los usuarios de la comunidad autónoma es de los más bajos, señala el director de Farmacia del Gobierno, Gonzalo Trincado.

Los broncodilatadores y antiasmáticos (8% de las especialidades facturadas) ocupan el primer lugar de medicamentos consumidos. Los fármacos anticolesterol (7%), antidepresivos (5%), para controlar la tensión arterial (5%), para tratar enfermedades mentales (5%) y para combatir la úlcera (5%) completan la lista de los más utilizados. El perfil de estos medicamentos coincide en general con los más consumidos en el resto de las comunidades autónomas del Sistema Nacional de Salud.

La mayor presencia de medicamentos genéricos en el mercado y su creciente aceptación por parte de los médicos y los usuarios aporta la nota de esperanza para intentar contener el imparable crecimiento. Los genéricos son los fármacos sin marca y, en lugar de llamarse por un nombre comercial, llevan por nombre el de su principio activo y el del laboratorio fabricante. Son más baratos porque están fabricados una vez que ha vencido la patente del fármaco original, lo que significa que los laboratorios no tienen que cargar en el precio los gastos de investigación, que representan cientos de millones por cada nuevo producto.

A lo largo de 2004 los genéricos han dado un salto importante, alcanzando el 10% de todos los medicamentos prescritos. En importe, supone el 5% de la factura farmacéutica. En 1999 el porcentaje de genéricos era del 1,10%. Aquel año sólo había 335 especialidades que se podían recetar como genéricos, mientras que en 2004 han pasado a 1.900.

Los nuevos principios activos se van introduciendo en el mercado como genéricos cuando se cumplen los 10 años desde que una comenzó a comercializar su producto. Entonces, la firma dueña de la patente la pierde y es cuando el fármaco se convierte en genérico. Para 2005 el objetivo del Departamento de Sanidad es llegar al 14% en envases de este tipo, algo por encima de la media a nivel nacional.

Menor aportación

La preocupación por el crecimiento de la factura farmacéutica es permanente entre los responsables del Departamento de Sanidad. El problema, recalca el director de Farmacia, es el envejecimiento de la población. "Euskadi tiene una de las más envejecidas del Estado. Eso hace que más población tenga acceso a medicación gratuita y, además, se trata de pacientes que necesitan varios fármacos". La consecuencia inmediata es que la aportación del usuario va disminuyendo, ya que los pensionistas no pagan nada. En este momento, esa aportación es del 5,92%, lo que representa un descenso del 9% en relación a la aportación de 2003.

Junto a los genéricos y la mayor información a los médicos, la consejería también ha puesto en marcha otro tipo de experiencias para contener el gasto. Es el caso del proyecto de unidosis, que aplicó en las farmacias de Oñate en 2003. El objetivo era que los médicos del centro de salud de la localidad guipuzcoana prescribieran a los pacientes las dosis justas para su tratamiento, ni más ni menos, lo que obligaba a los farmacéuticos a preparar la cantidad exacta. De esta forma se evita la acumulación de medicamentos en las casas de los pacientes. Euskadi se apuntó a la experiencia junto a las comunidades de Galicia y de Extremadura. Pero los resultados no han sido los esperados y el proyecto acabó antes de tiempo, al igual que en Extremadura. Según Trincado, muchas de las pautas de prescripción de los médicos coincidían con formatos comerciales ya existentes, es decir, que el facultativo receta una cantidad estándar dependiendo de la enfermedad y en el mercado ya existe una caja con el mismo número de dosis.

Presión de la industria

La presión de la industria farmacéutica a los médicos para que receten los medicamentos más nuevos, que son los más caros y a veces no aportan mejoras terapéuticas a los que ya existen, es otro de los argumentos esgrimidos para explicar porqué sube tanto la factura. Recientemente, la Sociedad Española de Medicina de Familia ha solicitado al Ministerio de Sanidad que reforme la norma que regula la visita de los representantes de laboratorios a los médicos para evitar las presiones de esta industria.

La visita es legal, puntualiza Trincado, y de hecho, en el precio final del medicamento que se fija existe una parte que compensa a la industria farmacéutica por las actividades promocionales. "Lo que hay que hacer es que la visita se cumpla bien. No es obligatoria. Por lo tanto, la presión está en lo que un médico se quiera dejar presionar", indica el director de Farmacia. En Euskadi, a cada laboratorio se le autoriza a visitar cada centro de salud un determinado número de veces al año y siempre fuera del horario que los médicos dedican a atender a los pacientes.

Los créditos presupuestarios para medicamentos en este ejercicio llegan a los 55,7 millones de euros en Álava. En el caso de Guipúzcoa suben a 148,76 millones y para Vizcaya suponen un total de 283,07 millones. En los tres casos, los presupuestos especifican que se trata de partidas ampliables.

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