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Reportaje:

El nuevo techo de la Liga

El estreno de Llorente, el delantero más alto del campeonato (1,93 metros), reconcilia al Athletic con su política de cantera

A Baptista le llaman La Bestia con sus 183 centímetros de estatura y 78 kilos de peso. A Urzaiz, El Grande, con sus 188 centímetros y 88 kilos. Kovacevic, de 1,88 metros y 80 kilos, y Milosevic, de 1,86 y 82, son los panzers de la Liga. Se acabó... El nuevo techo de la Liga es Llorente, el futbolista del Athletic que, a los 19 años, debutó el pasado domingo y hoy será el referente copero del Athletic ante el Lanzarote (2-1 en contra del equipo vasco). Las medidas de Llorente hablan por sí solas: 1,93 metros y 88 kilos. Ningún delantero del campeonato se le acerca y sólo algunos centrales y porteros se le asemejan. El fútbol español parecía haber puesto en el 1,90 el listón de los delanteros. A partir de ahí encontraba el baloncesto su vivero.

Amorrortu vio que hacía cosas impensables para un chico de su edad, 11 años

Llorente, grande, ancho, fuerte, está, sin embargo, muy lejos del tópico que retrata a los delanteros enormes: cabeceadores, lentos, sin regate. Desde que llegó a Lezama, con 11 años, se ha convertido en la joya de la cantera, el futbolista esperado, quizás el relevo mediático de Guerrero.

José Mari Amorrortu -hoy técnico de la Real Sociedad-, entonces director de Lezama, se fijó en él tras las recomendaciones de los ojeadores navarros del Athletic. Llorente es riojano, del Rincón del Soto, aunque nació accidentalmente en Pamplona. En este caso, el equipo rojiblanco no se hizo trampas en un solitario porque podía acogerse a su nacimiento navarro. Curiosamente, Osasuna, que también había puesto sus ojos en el delantero, lo rechazó en unas pruebas en Tajonar. Así que Amorrortu se fue a por él.

Soto del Real es un pueblo riojano cercano a Soria, a la que llegó a pertenecer históricamente, y a Navarra. Algo así como un rico cruce de caminos. Amorrortu incluso se trajo a Llorente a Bilbao y lo llevó a residir con una familia amiga suya en Las Arenas (Vizcaya), donde vivió la dificil adaptación de un muchacho de 11 años que, además, debió sufrir el fallecimiento de su madre adoptiva por una enfermedad terminal, algo que quizás explique el porqué de su pulsera amarilla de lucha contra el cáncer.

A los 14 años, Llorente sobrepasaba los 180 centímetros, algo dificultoso de mover para un chaval de su edad. Pero en Lezama estaban convencidos de que habían encontrado la perla codiciada. A Amorrortu le habían avisado del portento Enrique Mayayo y Miguel de Andrés, que entonces controlaban el mercado navarro-riojano. Lo vio jugar en un torneo y se fue a por él ciegamente. ¿La razón? Hacía cosas impensables para su físico y su edad. Era un portento de coordinación de piernas pese a ser un chico espigado y con apariencia de enclenque. No necesitó gimnasio para ensanchar. Lo llevaba en los genes y, como su hermano, fue proporcionando su cuerpo hasta ser lo que ahora es.

En Bilbao militó Llorente en todas las categorías, vivió los malos momentos de adaptación a la residencia de futbolistas -bromas, vida espartana...-, jugó la Nike Cup, el torneo de Canal Plus, ganó la Meridian Cup con la seleccióin española en Egipto, maravilló a la afición en una final juvenil contra el Boca Juniors en San Mamés... Es decir, la perla se fue haciendo realidad en la concha de Lezama.

Se le esperaba en San Mamés como agua de mayo, pero los problemas contractuales se cruzaron en su camino. Cuando militaba en el Baskonia, filial de Tercera, el club le ofreció el contrato tipo de los jóvenes. Y él se negó a firmarlo. El Athletic se acogió al derecho de retención y hubo de jugar un año sin contrato en el Bilbao Athletic, en Segunda. Su acceso al primer equipo se retrasó por ese motivo cuando le llovían las ofertas internacionales: de Holanda, Inglaterra... El nuevo presidente, Fernando Lamikiz, le renovó de inmediato y pasó a cobrar más que sus compañeros jóvenes u a tener una cláusula de rescisión de 20 millones de euros. Y entonces debutó. Era el último producto Amorrortu para el Athletic, que ahora cuenta con muchos panzers para sustituir a Urzaiz: Llorente, Azkorra (1,92 metros), Arruabarrena (1,88) y Lizoain (1,87). Quizás estén volviendo los chicarrones del norte.

Llorente trata de superar al <i>espanyolista</i> Ibarra.
Llorente trata de superar al espanyolista Ibarra.TXETXU BERRUEZO

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