"La base del éxito está en innovar el producto"

José Guillermo Díaz Montañés tuvo claro desde siempre que quería ser empresario. Pensó que una buena formación se la daría una ingeniería. La cursó y llenó de orgullo a su abuelo, un reputado industrial. El disgusto vino cuando le informó de que quería dedicarse al turismo, una actividad, según Díaz Montañés, socialmente poco valorada, pese a su importancia en la economía nacional -entre el 10% y el 12% del PIB- y su enorme capacidad de crear empleo. A mejorar esa percepción sobre el sector, a ayudar a mantener el liderazgo que España ocupa en turismo y a dar un empuje a la innovación es a lo que ahora contribuye Díaz Montañés desde la presidencia de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) y, hace unas semanas, desde la presidencia del Instituto Tecnológico Hotelero, "una oportunidad para impulsar un cambio de cultura y que el empresario apueste por la innovación y cambie su forma de ver las cosas".

"La continua caída de las pernoctaciones hoteleras del turismo extranjero amenaza nuestro liderazgo a nivel mundial"

Pregunta. ¿Esa forma ya no sirve?

Respuesta. El Instituto surge precisamente porque el turismo, que está sufriendo un cambio estructural, empieza a perder rentabilidad. Está cambiando el área de la demanda, con la imposición de nuevos hábitos; la distribución, en la que seguimos atados a los touroperadores, mientras aumentan las ventas vía Internet y las compañías aéreas de bajo coste, y está cambiando la oferta, con un importante aumento de la directamente competidora de España y del alojamiento residencial que ha vivido un auténtico boom. El Instituto surge, precisamente, con motivo de esos cambios, para estudiar cómo se puede ser más eficaz, para dar al empresario las herramientas que le permitan evolucionar y que el sector siga siendo líder.

P. Los hoteleros se plantean el Instituto en 2002 y, sin embargo, acaba de nacer. ¿Por qué ese retraso?

R. Primero, porque las patronales estábamos en un proceso de fusión, y luego porque proyectos innovadores como éste necesitan un periodo de maduración. Contactamos con la Administración central anterior y no llegamos a un acuerdo y ahora hemos contado con el apoyo de la Comunidad de Madrid.

P. ¿Cuáles eran las discrepancias?

R. Nos plantearon unas fórmulas que no nos convencían, porque queríamos menos intervencionismo. Nosotros pensamos que el Instituto tiene que autofinanciarse en un plazo de dos o tres años, que sea el sector privado el que lidere y empuje el proyecto y que la Administración le dé un marco, pero no lo controle.

P. ¿Qué aspectos va a analizar el Instituto?

R. Después de una serie de entrevistas con los empresarios, se han definido siete áreas de actuación: arquitectura y construcción; infraestructuras; medio ambiente y energía; procesos y gestión; tecnología de la información y comunicaciones; seguridad y salud, y calidad.

P. ¿Hay algún área que requiera más rápida actuación que otra?

R. Ahora, con la ayuda de un consultor externo, estamos trabajando en un plan estratégico para definir más concretamente qué queremos en cada una de ellas y cómo lo vamos a conseguir. Pero hay un aspecto fundamental que es la innovación en el producto. Ante el cambio de la demanda es en lo que se basa el éxito. Hay que aportar al producto valor para que éste sea diferente.

P. ¿Participa de la visión pesimista sobre el sector?

R. No, yo soy optimista. Es verdad que estamos en un cambio de época pero nuestra posición de partida es fantástico. Somos un país líder en turismo, un destino de altísima fidelidad y con un empresariado que se ha modernizado muchísimo. Si afrontamos el cambio nos irá bien. Si miramos para otro lado, nos ocurrirá lo mismo que al textil, el naval o la siderurgia, sectores en los que España era líder y hoy casi ni existen.

P. ¿Ve alguna amenaza en particular?

R. Sí, la continua caída de las pernoctaciones del turismo extranjero. Eso amenaza nuestro liderazgo a nivel mundial.