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SOMBRAS NADA MÁS | Manuel Pérez Estremera, director de Televisión Española

Este hombre tiene un millón de historias

Juan Cruz

La noticia. Es el nuevo director de TVE, donde ya estuvo de 1972 a 1992. Cineasta, dirigió el Festival de Cine de San Sebastián y las compras de cine español de Sogecable y fue durante nueve meses director general de Cine. Tiene 63 años y dos hijas, y el aspecto del hombre que acaba de quitarse la corbata. Lo dice él mismo: "Para una vida no, pero para una noche soy muy entretenido, porque tengo un millón de historias que contar". Es un gran gastrónomo. Cenamos. Él pide revuelto de pisto y carrillera de ternera. Pero nos habla de cocido.

Un viaje loco. "Fue en 1971 y se le ocurrió a Ricardo Franco, que era como el hermano pequeño que no tuve. Fue a proponérselo a Adolfo Suárez, que era entonces director de Televisión Española, el padre de Ricardo era el médico de Suárez. Fuimos en un Land Rover Ricardo, Nacho Gálvez y yo... Fue un viaje loco: no sabíamos nada, ni del desierto, ni de medicina... Debieron de ver tan mal lo que enviábamos que nos trajeron de una oreja... Al final lo aprovecharon e hicieron seis capítulos que emitieron en la franja que ahora es de programación infantil...".

El 68. "Estábamos en Cannes, y allí llegó la revolución de los estudiantes; interrumpieron el festival, y echaron las cortinas tras la proyección de una película de Saura... Seguimos camino a Pesaro, en Italia, y allí estaban Pasolini, Bertolucci, Belocchio... Vimos La hora de los hornos, de Fernando Solanas, un documental latinoamericano muy de la época, que acaba con un plano largo del Che... La gente salió tan encendida que se enfrentó a la policía... La revolución estaba por todas partes... Pasolini, qué fuerza personal... Quizá no fuera el mejor cineasta, pero era el más lanzado, el más exigente con su equipo...".

El niño. "Acaso el mejor recuerdo de mi vida está en Orense, en casa de mis tíos... Mi padre trabajaba en empresas eléctricas, y mi madre cantaba ópera, era mezzosoprano, bastante buena, pero no consiguió convertirme a la ópera; de hecho, creo que la dejó para tener que ocuparse de mí... Me acuerdo de verla una y otra vez en Il trovatore, llegó a ser una tortura... Pero, sí, Orense, la vida rural, ahí está lo mejor de mi memoria".

El bioquímico. "Iba para bioquímico, pero me echaron para atrás, más que las asignaturas, algunos profesores... Y en 1964 ya escribía de cine, en Film Ideal y también en Nuestro Cine, con gente como Javier Sauquillo

[asesinado en el ataque fascista contra los abogados laboralistas de Atocha] y Enrique Ruano

[asesi-nado por la policía durante un interro-gatorio]..., y acabé de ayudante de dirección... Lo he sido de Fernán-Gómez, de Alfonso Ungría, de Ricardo Franco, de Emilio Martínez Lázaro... Me gustaba organizar equipos, y sin duda había otros mejor preparados para ser directores, por eso era ayudante... Una vez fui director: mataron a Carrero, metieron a Martínez Lázaro en la cárcel, y yo debía dirigir el resto del rodaje... Fui a rodar una mañana: las grúas estaban en el entierro de Carrero... He estado metido en líos en cada época de mi vida y de todas las épocas he sacado muy buenos amigos... Y fíjate que cuando me hacen director general de Cine mueren algunos de esos amigos que fui haciendo: Ángel Fernández Santos, Manolo Marinero, Pablo del Amo...".

TVE. "Cómo no me iba a emocionar al llegar de nuevo. Muchos amigos, mucha vida. ¿Qué puedo hacer? Son tantos años de problemas arrastrados. Yo creo en una televisión pública fuerte, y ante el reto siento lo que bajo la ducha escocesa: frío y caliente, horror y esperanza. Me daría rabia defraudar a los compañeros, que digan: 'Mira, hace las mismas porquerías'. Hay que hacer mucho; espero mejorar el stock de películas que tenemos. E intentaré un programa musical muy mestizo".

El carácter. "Solitario, pero con gente alrededor. En la infancia estuve mucho tiempo solo; tuve como maestra a una tía, en casa, hasta los ocho años. ¿Por qué? Soy tan reservado que eso tampoco lo hablé ni con mis padres..., y acaso eso me hizo excesivamente prudente y reservón".

Manuel Pérez Estremera.
Manuel Pérez Estremera.

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