Lepage estrena en Sevilla 'The busker's opera', una crítica al negocio de la música
El espectáculo es una versión de una obra del XVIII, que va del 'rap' al 'country'
The busker's opera, el espectáculo del canadiense Robert Lepage, se estrenará mañana en España en el teatro Central de Sevilla. La obra, inspirada en La ópera del mendigo, de John Gay (1728), es un montaje "extraño y divertido" que ha cambiado el hampa de Gay por los entresijos de la industria musical, explicó ayer en Sevilla Martin Bélanger, director musical y uno de los 10 intérpretes. El polifacético Lepage, que no asistió a la presentación, ha sido el "ensamblador de una creación colectiva en el que todos somos músicos, actores y cantantes", dijo Bélanger.
Cinco de los diez intérpretes de The busker's opera (La ópera del músico callejero) desvelaron ayer en el teatro Central de Sevilla las claves de este espectáculo producido por la compañía canadiense francófona Ex-Machina, y que en España sólo podrá verse en la capital andaluza los días 14, 15 y 16. La ópera, que dura dos horas y 15 minutos, ha recuperado las letras en el inglés del siglo XVIII, en las que Gay vertió toda su rabia sobre la corrupción y el crimen organizado y, para su estreno en España, podrán leerse traducidas en una pantalla que Lepage ha integrado en la escenografía.
"Es un alegato por la libertad de expresión", precisó ayer Kevin McCoy, autor de la dramaturgia y de la adaptación, además de intérprete. "Nuestra idea era hacer una nueva versión de La ópera de tres centavos, de Bertolt Brecht y Kurt Weil (1928), quienes a su vez habían adaptado La ópera del mendigo, de Gay; pero como no nos dieron los derechos para adaptarla, decidimos acudir directamente a los orígenes", explica Claire Gignac, quien además de cantante y flautista es compositora y directora musical.
"Hemos hecho una adaptación moderna de la historia de Gay. Pero en lugar del mundo del crimen, el protagonista es un músico que viaja desde Londres a Nueva York y, una vez allí, inicia un recorrido por la costa hasta llegar a Tejas. El espectáculo es el recorrido musical de ese trayecto, lo que se oye por la calle; por eso hay de todo: ska, reggae, jazz, rock, blues, disco y hasta música barroca", comenta Martin Bélanger. "Aunque nuestro proyecto inicial era montar La ópera de tres centavos y cuando nos denegaron los derechos nos sentimos muy mal, finalmente ha sido como un maravilloso regalo, porque nos ha permitido trabajar juntos desde el principio creando nuestro propio espectáculo", argumentó Frédérike Bédard, cantante lírica, actriz e intérprete de clavecín. Así que el protagonista de la ópera, el rockero Macheath, a quien da vida Marco Poulin, critica desde dentro el mundo de las empresas discográficas y la voracidad de los encargados de cobrar los derechos de autor. "Hemos jugado de forma irónica con las empresas o terceras personas que cobran los derechos de autor, pero nosotros no estamos en contra de que los artistas cobren derechos por su trabajo", añade Kevin McCoy.
"La obra habla de otras muchas cosas, de las que nos interesan a todos como artistas y como personas. Yo soy libanesa y tengo muy presente el conflicto entre judíos y musulmanes, así que la obra incluye una conversación mía con una actriz judía", añade la violinista y actriz Véronika Makdissi-Warren.
Después de Sevilla, The busker's opera iniciará en febrero una gira por Estados Unidos. "Es la primera vez que vamos a actuar en Estados Unidos, y tenemos mucha curiosidad por ver la reacción del público, porque hay una crítica fuerte a la pena de muerte y la obra se representará también en Tejas, un Estado en el que está vigente", concluye Claire Gignac.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.