Raro optimismo en el vestuario blanco con Luxemburgo
Había un optimismo raro en el vestuario Madrid, en vísperas del derby con el Atlético, hoy en el Calderón (19.00 horas, PPV). Al margen de que han ganado las últimas dos visitas, y de que el Atlético no saca tres puntos contra el Madrid en su campo desde 1999, los jugadores sienten que por fin pueden contar con un líder que les habla como si les conociera desde siempre, como si se preocupase por cada uno. Vanderlei Luxemburgo sólo lleva diez días en el banquillo, pero han sido diez días de trabajo intenso. Los ejercicios físicos se han incrementado casi tanto como las charlas individualizadas y los entrenamientos tácticos.
El Madrid que hoy visita el Calderón será un equipo convulso con una defensa excepcionalmente castigada: Samuel y Salgado son baja por sanción, Helguera sufre una torcedura en un tobillo y no es seguro que pueda jugar, y Roberto Carlos regresa al lateral izquierdo después de un mes de ausencia por decisión técnica. García Remón, el ex técnico, le consideraba incapacitado para rendir. Pero con Luxemburgo, Roberto Carlos ha vuelto a entrenarse a tope. Si Helguera finalmente no comparece, la defensa no tendrá ni uno de los jugadores que tuvo en el último partido antes de las vacaciones de Navidad. En esta línea desacostumbrada puede escarbar el Atlético, cuyo debutante, el danés Jasper Gronjkjaer, se emparejará con Arbeloa, el lateral que sustituirá a Salgado.
Cambios obligados
Los cambios del Madrid respecto a la época de García Remón serán -salvando a Roberto Carlos- producto de fuerza mayor. Luxemburgo considera que cuanto menos modificaciones se introduzcan, mejor. Los ejecutantes serán los mismos, pero el plan variará. "Éste quiere que corran todos", decía ayer un futbolista del Madrid. Luxemburgo y Arrigo Sacchi, su jefe inmediato, están un poco inquietos porque ven que no tienen un medio centro defensivo puro. Bajo recomendación de Sacchi, Luxemburgo ha pedido a los jugadores que se junten más para defender y que presionen más arriba. El más liberado de estas labores será Ronaldo: pero deberá moverse, aunque sea para molestar cuando el rival tenga la pelota.
En las jugadas a balón parado, Luxemburgo quiere que el equipo defienda más cerca del área chica -por detrás incluso de la línea de la barrera, en las faltas laterales-, con uno de los centrales actuando como escoba. En ataque, el técnico le ha dado el báculo del lanzamiento de faltas a Beckham y ha ensayado una jugada de estrategia en la que los cabeceadores arrastran a sus marcadores hacia la derecha y Roberto Carlos aparece por la izquierda para rematar.
Sobre las declaraciones del director general de fútbol del Madrid, Arrigo Sacchi, diciendo en el diario El Mundo que Ronaldo "debía cuidarse un poquito", Luxemburgo no quiso abundar. "No voy a hablar de estas cosas fuera", comentó. "Es mejor hacerlo con ellos directamente y dentro. Ronaldo está trabajando y haciendo las cosas que tiene que hacer. Si pienso que tiene que perder peso lo va a hacer, pero se lo diré a él".
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