"La meta pendiente es ganar la Diputación"

José Carlos Hernández Cansino, abogado, de 34 años, es alcalde de Punta Umbría desde 2003. Ahora concurre como candidato a la presidencia del PP de Huelva por la denominada Candidatura de la Provincia.

Pregunta. ¿Por qué consideran ustedes que Pedro Rodríguez no sería un buen presidente provincial?

Respuesta. Pedro es el mejor alcalde que ha tenido Huelva y el mejor valor electoral del PP. Pero no es buena la acumulación de cargos. Es también parlamentario andaluz y vicepresidente regional. Y resulta muy importante que el partido dé un giro hacia la provincia. Además, debe ser presidente quien quiera serlo, no quien confiesa que no le gusta el cargo de presidente pero que acepta porque se lo han pedido desde la Ejecutiva Regional.

P. Si pierde el congreso, ¿teme pasar de alcalde emergente, como en alguna ocasión se ha autocalificado, a alcalde sumergido?

R. No lo temo. Seguiría siendo militante del partido y alcalde de Punta Umbría. Ya emergería como mejor pudiera.

P. ¿En qué medida la crisis del PP de Huelva puede enmarcarse con la que vive el partido entre Antonio Sanz y Javier Arenas?

R. En Huelva no hay crisis. Yo soy amigo de Pedro Rodríguez desde mi infancia. Pero ahora deben hablar políticamente las bases. Y a nivel regional veo bien entroncado el partido, no observo esos enfrentamientos a los que hace usted referencia.

P. ¿Qué ofrece su candidatura como novedad al PP de Huelva?

R. Somos gente joven, pero que llevamos muchos años de militancia. Hay entre nosotros alcaldes y altos cargos orgánicos, como Esperanza Ruiz, actual secretaria provincial. Nuestro objetivo consiste en preparar al PP para ganar la Diputación, el reto pendiente de este partido en Huelva.

P. ¿Se han sentido traicionados políticamente por Carmelo Romero, alcalde de Palos de la Frontera, que se ha pasado a las filas de Pedro Rodríguez?

R. Personalmente lo respeto y aprecio. Nos dio su apoyo. Pero tiene un sentido equivocado de la lealtad. La lealtad no se debe llevar más allá de la lógica, y menos aún hay que tirarse a un pozo por lealtad.