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Crónica:FÚTBOL | Copa de la UEFA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Sevilla se medirá a un eliminado de la 'Champions'

El partido, la verdad, es que llevaba a temerse lo peor, a una exhibición de fútbol básico, falto además del aliciente del pase a 1/16 de la Copa de la UEFA, ya que ambos arrancaban el encuentro clasificados y sólo estaba en juego el evitar encontrarse en la siguiente ronda con uno de los eliminados de la Liga de Campeones que se incorporan a esta competición. Pero no fue un mal encuentro. El fútbol que se pudo ver en el estadio municipal de Lille nació de lo físico, pero jamás entró en lo bronco. Algo de agradecer ya que casi nadie se traga ya la incapacidad camuflada de entrega a base de patadas.

Ambos equipos reservaron fuerzas para sus próximos compromisos. Los jugadores del Lille llevan ya casi más partidos que nadie en Europa, tras clasificarse para la UEFA en la veraniega Intertoto. Además, el sábado tienen un nuevo encuentro de la liga francesa, en cuya clasificación ocupan el segundo lugar. El Sevilla juega el derby contra el Betis el domingo y el miércoles le toca el Real Madrid.

LILLE 1 - SEVILLA 0

Lille: Sylva; Angbwa, Prestan, Schmitz, Tafforeau; Dumont, Cabaye; Debuchy (Dernis, m. 72), Acimovic (Boymer, m. 77), Brunel; y Audel (Moussilou, m. 62).

Sevilla: Notario; Sergio Ramos, Aitor Ocio, Pablo Alfaro (Antoñito, m. 88), David; Jordi, Pablo (Jesuli, m. 59), Casquero; Daniel Alves, Darío Silva y Antonio López (Kepa, m. 82).

Goles: 1-0. M. 76. Mossilou, de cabeza.

Árbitro: Domenico Messi (Italia). Amonestó a Notario y expulsó a Schmitz (m. 92), por doble amonestación.

Unos 15.000 espectadores en el estadio Lille Métropole.

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Caparrós se inventó un trivote de circunstancias para esta ocasión que funcionó tan sólo regular. El canterano Pablo se situó en el centro del mismo con el encargo de apoyar a los centrales. La estrategia funcionó perfectamente a la hora de defender, pero cuando tocaba sacar la pelota hacia delante, Pablo, obviamente, seguía en el centro de la medular y tuvo que intentar sacar jugadas más pelotas de lo que hubiera sido recomendable dadas sus calidades técnicas y que los atacantes del Lille presionaban con bastante fiereza a la zaga sevillista. Teóricamente, Casquero debía de haber sido el carburador, pero no encontró su sitio nunca. Anduvo peligrosamente melancólico, sin ubicación clara ni voluntad de ofrecerse. Su momento de gloria (relativa) llegó en el minuto 38 cuando un disparo suyo desde fuera del área rozó el larguero. El tiro fue bueno por sí mismo, pero además, ayudó a contrarrestar otro similar de Debuchy que, minutos antes, en semifallo, metió el miedo en el cuerpo de los de Nervión.

La entrada de Jesuli en el Sevilla y de Moussilou en los de casa excitó a los crédulos, ya que parecía que ambos conjuntos se irían a por el gol. Pero la propia inercia del encuentro lo hicieron imposible. Al fin y al cabo no se jugaban casi nada y los jugadores ni siquiera reconocían el sistema o estaban acostumbrados a jugar al lado de quien lo estaban haciendo. Pero la calidad es la calidad y en su única intervención del partido el lateral izquierdo Tafforeau centró para que Moussilou rematara de cabeza placidamente, como en cámara lenta, gracias al laxo marcaje de Alfaro. Apunto estuvo a hacerlo de nuevo a menos de cinco minutos del final, pero el ariete se empachó de pelota antes de chutar, ya al pecho de Notario. E incluso otro más en el descuento después de que Dernis le cogiera la espalda a toda la zaga sevillista y se la dejara rasa, a placer. Pero no habría sido justo.

Sergio Ramos, ante el portero rival.
Sergio Ramos, ante el portero rival.ALEJANDRO RUESGA

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