El Madrid bombardea a Estudiantes

Después de intercambiarse durante unas jornadas los puestos, Real Madrid y Estudiantes volvieron ayer por los fueros habituales en lo que va de temporada. Espoleados por una defensa sin fisuras y los triples -14 de 30- de Sonko, Bullock y Herreros, los locales se resarcieron de las tres derrotas consecutivas -ante el Casademont Girona y el Caja San Fernando en Liga y en la cancha del Efes Pilsen en Europa- que acumulaban y torpedearon con saña la línea de flotación de sus vecinos. Las estadísticas sonreían a los locales, invictos en cinco de las seis veces que se han medido en Europa a sus vecinos. Como una profecía, anoche volvieron a cumplirse.

Los 17 puntos de Iturbe, el único que presentó batalla con dignidad de su grupo, no compensaron la inoperancia en ataque de Garcés -en el minuto 29 llevaba 3 puntos, todos desde la raya de tiros libres, una sombra de los 21 tantos y 14 rebotes con que castigó al Prokom Trefl polaco una semana antes-; Loncar -que se fue al banquillo en el segundo tiempo sin estrenarse y ahí siguió hasta el pitido final- y Patterson, que al final del tercer periodo no mejoraba los números de su compañero panameño. La incapacidad de Estudiantes para abrir la lata pergeñada por Maljkovic llevó a Jiménez y Garcés, desesperados, a golpear con sendos balonazos el infranqueable aro de los locales. Pese a los dos balones perdidos en la primera parte -por los 23 concedidos al Efes Pilsen- y el parapeto dispuesto por sus pretorianos, el técnico serbio ni se inmutó. Decía Maljkovic que sus muchachos iban a ser guerreros y lo fueron.

Los minutos iniciales resultaron un espejismo del devenir del encuentro, cuando los colegiales llegaron a mandar en el electrónico hasta por seis puntos. La entrada de Sonko oxigenó el juego del Real Madrid, y la agradeció especialmente Bullock -máximo anotador con 25 puntos-, más liberado para encarar el aro contrario. Con un parcial de 11-0 y una defensa endiablada, los locales encontraron la senda del triunfo y se plantaron en el segundo tiempo con 8 punto de ventaja. Fue el pistoletazo de salida para una paliza, cosechada por el acierto en el tiro que firmaron todos los jugadores del Madrid y los rebotes en las dos zonas de los pulpos Hervelle y Gelabale -que hasta se permitió un alehop sonrojante para la defensa de Pepu Hernández-.

De golpe y porrazo, ensordecidos por los triples que sondeaban el aire, Estudiantes despertó del sueño que le permitieron las seis victorias consecutivas con que visitaba al gran enemigo. Ayer fue bombardeado sin piedad por un Madrid furioso, que mantuvo la intensidad defensiva pese a ganar por cifras entre los 25 y 30 puntos. Estudiantes no vio más solución que bajar los brazos y asistir como un comparsa a la exhibición de la última creación de Bozidar Maljkovic, que compensa su ritmo excesivo con el hambre de triunfo.