El renacer del Cádiz

Si pudiese comprobar la pasión con la que se vive el fútbol en el estadio al que dio nombre, Ramón de Carranza se quedaría perplejo y, con toda probabilidad, muy contento. No daría crédito a semejante espectáculo. Al que fuese alcalde de Cádiz hasta su fallecimiento, en agosto de 1937, le impresionaría ver cómo, cada dos semanas, 15.000 personas de todas las edades y condiciones vibran con el Cádiz Club de Fútbol y convierten su campo en una fiesta que va más allá del ámbito deportivo.

Tras nueve años de sufrimientos en la Segunda División B, de la temporada 1993-94 a la 2002-03, el equipo amarillo es ahora el primer postulante al ascenso a la Liga de las Estrellas. Ya ha llovido desde que el 5 de junio de 1977 lograra por primera vez ascender a Primera, categoría en la que se quedó ininterrumpidamente diez cursos. Actualmente, con un presupuesto que ronda los 4,4 millones de euros, el conjunto andaluz tiene ante sí el reto del ascenso con unas perspectivas inmejorables: al término del primer tercio de la competición, es el líder de Segunda.

Oli: "Es distinto a todos los clubes. Disfruto con su gente. He vuelto a sentirme futbolista"

El Cádiz ha llegado a paladear este dulce momento, tanto en el plano deportivo como en el económico, tras una larga travesía del desierto. Estuvo al borde de la desaparición hasta en dos ocasiones en el último decenio. La primera fue en agosto de 1995, con Jesús Gil como cabeza visible del grupo que se hizo con él una vez convertido en sociedad anónima deportiva. Cinco años después, con las acciones en manos de un nuevo grupo inversor, Asesoramiento Deportivo Andaluz, a punto estuvo de irse a la quiebra una entidad que sólo podían salvar los propios aficionados gaditanos.

Con solo cuatro jugadores como refuerzos -Fleurkin, Fredy, Mirosavljevic y Bezares-, más la incorporación del uruguayo Víctor Espárrago al banquillo, el Cádiz ha sumado 30 de los 45 puntos disputados hasta la pasada jornada. También es el cuadro con mejor coeficiente de goles de los 22 competidores. Esto se ha conseguido fundamentalmente gracias a la solidez defensiva de Paz, el mando en la zona ancha de Pérez, la ponzoña en las bandas de Sesma y Navarrete, la magia y la inventiva del mediapunta italoargentino Pavoni y el estilete del veterano Oli.

Con todo, Espárrago, quien en la temporada 1987-88, ya llevó al Cádiz a la mejor clasificación de su historia, el duodécimo puesto en Primera, prefiere rebajar la euforia: "Permitamos que la afición siga disfrutando de este equipo y sus resultados. Luego, lograda la permanencia, tiempo habrá de buscar cotas más altas y, llegado el caso, pelear por el ascenso". El presidente, Antonio Muñoz, tampoco va más allá de lo manifestado por el técnico: "No me gusta hablar del ascenso. Al menos, de momento. Es cierto que los resultados y el trabajo bien realizado dan buenas vibraciones y que hace pensar que vamor a retornar a Primera. Pero la competición es muy larga y aún restan muchos partidos que disputar". Uno de los jugadores más carismáticos y antiguo delantero internacional del Oviedo y el Betis, el asturiano Oli, sólo tiene palabras de elogio: "El Cádiz es distinto a todos los clubes de la categoría. Recibo un trato exquisito y disfruto con su gente. He vuelto a sentirme futbolista aquí. Daría lo que fuese por ascender a Primera vistiendo de amarillo".

Antes del próximo verano darán comienzo las obras de la ciudad deportiva Bahía de Cádiz, que construye la Diputación en Puerto Real. La obra, cuyo final se prevé para 2008, albergará cuatro campos de fútbol, vestuarios, gimnasio y aparcamiento para cerca de 500 vehículos. Con un coste de 4,2 millones de euros, el Cádiz tendrá a su disposición una ciudad deportiva similar a la de algunos equipos grandes. Los más viejos del lugar recuerdan a sus primogénitos aquel primer equipo que bajo el denominativo de Cádiz CF venció por 6-3 al CD Arsenal de San Fernando. Hoy, 68 años después, los Armando, Varela, Pavoni, Oli..., podrían hacer historia en el Cádiz inscribiéndolo nuevamente en la Liga de los galácticos.