La Casa de América ofrece tres versiones de 'Los puntos cardinales'

Los puntos cardinales, uno de los proyectos escénicos más insólitos e interesantes que se han dado en el teatro español contemporáneo, se estrena hoy en La Casa de América. El espectáculo ha sido escrito por cuatro autores jóvenes, pero consagrados.

Dos españoles, Juan Mayorga y José Ramón Fernández, considerados como la nueva savia de la dramaturgia nacional, y dos latinoamericanos, con merecida fama internacional: el director y dramaturgo argentino Jorge Sánchez y el colombiano Fabio Rubiano, este último también director del espectáculo y uno de los más sólidos revulsivos escénicos del teatro latinoamericano actual.

Fue Rubiano quien pergeñó hace tres años este proyecto, cuando ya experimentó con las posibilidades espaciales del palacio de Linares, sede de la Casa de América, para representar un montaje que no estuviera ceñido al corsé de los espacios a la italiana o incluso otros de moderna y polivalente concepción.

Las historias se representarán simultáneamente en distintos salones de Casa de América para distintos grupos de público. Los espectadores serán trasladados de un salón a otro para que puedan ver las historias en unas gradas móviles, de las que no tendrán que levantarse ni desplazarse caminando.

Pero ahí no queda todo: el público verá una versión de cada uno de los cuatro puntos cardinales, pero el director y los actores han hecho tres versiones de cada texto; lo que significa que cada grupo de espectadores verá una versión diferente.

Si algún espectador deseara ver las tres versiones de cada obra, tendría que asistir a tres funciones y ubicarse en un lugar distinto. Los 14 actores de este montaje trabajan en más de una historia. La mayoría, en tres. No dura más de hora y media.

A partir del cuadro Suicide, que Grosz pintó en el periodo de entreguerras, estos cuatro dramaturgos, convocados por Rubiano, han escrito una obra en cuatro actos tomando como eje geométrico los cuatro puntos cardinales desde los que se puede ver la pintura.

Cada dramaturgo escogió uno de los puntos cardinales y los personajes ubicados en ese punto. Sobre ellos gira cada historia, aunque, según afirman los cuatro, el personaje común a todos es la calle. "Hemos querido mostrar la heterogeneidad, cuatro puntos distintos sobre una misma historia", señala Fabiano, a lo que añade Mayorga: "Es como si vieras en una tarde lo que pueden hacer con una obra tuya a lo largo de muchos años y por varios directores de escena".

El norte, escogido por Juan Mayorga, toma a una mujer desnuda y el hombre que hay detrás de ella para hacer una reflexión sobre la naturaleza de las pasiones y sus correspondientes expresiones faciales.

El oeste, el punto de Jorge Sánchez, parte de un perro rojo que camina en curva. Desde allí los demás personajes se van sumando en calidad de amantes, asesinos, subalternos o hermanos que guardan secretos y objetos preciosos.

El sur, tomado por José Ramón Fernández, ubica a una perra sosteniendo un soliloquio con un hombre que está tirado boca arriba en el Berlín de la posguerra de la Primera Guerra Mundial, es decir, cuando termina una guerra y comienza otra. Éste es el punto correspondiente a Fabio Rubiano que toma a un hombre en rojo a quien no se le puede ver la cabeza y que sale con prisa de la escena para no dar la cara a las víctimas de sus propios hechos.

Fabiano cuenta que en el proceso de escritura hubo muchas reglas técnicas referentes a la extensión, las acotaciones y la estructura, pero ninguna sobre el tema y sólo una referente a un personaje del cuadro, la mujer manca.

Los puntos cardinales. Casa de América (paseo de Recoletos, 2; teléfono 915 954 800). Del 9 al 12 de diciembre, a las 19.30 y 21.00. Entrada libre.