Investigadores de la Universidad Politécnica crean un sistema para probar la seguridad de los coches de bebés

Probar el diseño de un cochecito de bebés para correr por el bosque, verificar la resistencia de un manillar sobre el que se presiona para subir y bajar aceras o que el cochecito no se vuelque con el bebé a bordo es la misión de las tres máquinas de ensayo diseñadas por investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña en Terrassa en colaboración con el fabricante Play. El objetivo es mejorar la seguridad, resistencia y duración de los cochecitos de paseo que produce esta empresa en Palau-Solità i Plegamans.

Para que puedan ser comercializados, estos transportes deben superar los ensayos y parámetros de seguridad especificados en la norma UNE-EN 1888 del año 2003 para artículos de puericultura. Las máquinas diseñadas para Play, que hasta ahora realizaba las simulaciones en Francia, superan las exigencias de la norma, según el investigador Rafael Sitjar.

Prueba uno: el manillar debe quedar intacto tras realizar 3.000 subidas y bajadas a una acera imaginaria de hasta 180 milímetros de altura. La norma también especifica que las sujeciones de unión del asiento al chasis no se deben aflojar o desprender durante el ensayo: una segunda máquina gira lentamente otro cochecito, que se ha fijado a una estructura, a derecha e izquierda en un ángulo de 100 grados durante 200 veces.

Una tercera máquina pasea simultáneamente a cinco kilómetros por hora a dos coches sobre una cinta transportadora que está llena de obstáculos, sobre los que debe pasar 72.000 veces.

Un ensayo tipo puede llegar a durar hasta 30 horas. Con estas máquinas de ensayo se puede acelerar el desarrollo y homologación de los cochecitos, explica Alicia Roa, directora de operaciones de Play. Los padres hoy día llevan a sus bebés a todas partes y quieren que los cochecitos sean fáciles de manejar y plegar, además de que pesen poco. "Cuantas más articulaciones haya, más puntos de rotura se deben probar", asegura Sitjar. Estos investigadores también han desarrollado simuladores para descubrir fisuras y defectos en las ruedas de los trenes de cercanías de Alstom utilizados por Renfe.