Osasuna castiga a un Sevilla prudente
Caparrós apela a las rotaciones y el cuadro navarro firma una goleada más abultada que justa
Osasuna sigue en su particular cruzada para recuperar el buen juego y, de momento, lo que logró ayer fueron goles y puntos. De estética, los navarros todavía andan demasiado justos. Pese a lo llamativo del marcador, el partido resultó equilibrado y más aguerrido que espectacular.
El Sevilla pagó el desmantelamiento parcial del equipo (o rotaciones) tras el partido de la UEFA y fue incapaz de generar ocasiones de gol. La genética del equipo navarro, que tiende a lo primario, y las enseñanzas de Caparrós, que hacen de la testosterona un jugador más, chocaron sin remisión en El Sadar. Más de cincuenta faltas, tarjetas, un amago de tangana al finalizar el primer tiempo y protestas a lo largo de todo el encuentro son el condimento picante de estos duelos. Pero al Sevilla le faltó Baptista, quien a pesar de disputar los 90 minutos fue obviado por sus compañeros y ensombrecido por la zaga rojilla. Y sin Baptista, a los hispalenses les cuesta, primero, atacar y, después, trasformar las oportunidades. Por el contrario, a Osasuna le resultó asombrosamente sencillo meterse en el área de Esteban. Javier Aguirre quería centros desde la izquierda y, por primera vez en Liga, puso a Delporte de titular. Dicho y hecho. El francés afiló el abrelatas de su zurda y descompuso a la defensa sevillista. Muñoz se aprovechó con inteligencia de una diagonal dentro del área grande servida por Delporte y, llegando desde atrás, batió a Esteban.
OSASUNA 4 - SEVILLA 1
Osasuna: Elía; Expósito, Cruchaga, Josetxo, Corrales; Muñoz, Pablo García; Valdo, Webó (Aloisi, m. 87), Delporte (Delporte, m. 74); y Morales (Raúl García, m. 90).
Sevilla: Esteban; Sergio Ramos (Aranda, m. 63), Javi Navarro, Alfaro, David; Alves, Martí, Casquero, Antonio López (Antoñito, m. 82); Baptista y Carlitos (Redondo, m. 70).
Goles: 1-0. M. 21. Muñoz aprovecha dentro del área un magnífico pase de Delporte. 1-1. M. 38. Carlitos cabecea un centro de Alves. 2-1. M. 57. Webo, de cabeza. 3-1. M. 86. Morales, de cabeza. 4-1. M. 90. Moha, en jugada individual.
Árbitro: Rodríguez Santiago. Amonestó a Sergio Ramos, Casquero, Josetxo, Pablo García y Alves. Expulsó a Javi Navarro por doble amarilla (m. 68).
Unos 15.000 espectadores en El Sadar.
Espoleados por las ocasiones de su rival, el Sevilla se lanzó en su primera jugada de ataque del partido. Alves irrumpió por la banda y sirvió el balón a Carlitos quien, pese a su corta estatura, se adelantó a Cruchaga y cabeceó a las redes. En el primer disparo a puerta (a la postre también sería el último) los de Caparrós lograban el momentáneo empate. Pero en el fútbol existen esos días señalados para que un futbolista se luzca y disfrute con el juego. Ayer le tocó a Delporte y, otra vez el francés, colocó el esférico en el área para que Webó lo empujase con la cabeza. Corría el minuto 57 y la labor de zapa de Osasuna ante su desangelado rival estaba dando resultados. A base de jugadas aisladas, sin hilazón y a trompicones, el partido iba tomando forma para los rojillos. Además, la expulsión de Javi Navarro otorgó un grado más de tranquilidad a los de Aguirre.
Osasuna se dedicó a esconder la pelota, enhebrar jugadas y desesperar al rival. Las posesiones navarras se eternizaron al mismo tiempo que se minaba la moral de los sevillistas. Y el dominio de los locales terminó por romper el partido. Chengue Morales y Moha edulcoraron el marcador y las estadísticas. Demasiado premio para los méritos de unos y justo castigo para las carencias del otro, que demostró que la excesiva prudencia es, casi siempre, más peligrosa que el miedo.
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