El peor se lleva el botín

El Betis destiló ayer en el estadio Ciutat de València un aire indolente, el de un equipo conformista y ramplón, sí, pero en la misma medida que práctico e inclemente con el rival: aprovechó dos de las tres únicas ocasiones de que dispuso para derrotar al Levante, que puso el juego y las ocasiones. Insuficiente.

El juego del Betis fue un canto a la incompetencia en medio del buen hacer del Levante, que, pese a superar de punta a punta al cuadro andaluz, perdió. Sin apenas gasto, el conjunto de Llorenç Serra Ferrer se llevó el botín, un premio exagerado a tenor de los méritos y la pinta que tuvo la tarde.

La grada se preguntaba cómo un equipo tan vulgar pudo infligir al Barcelona la jornada anterior su primera derrota del curso. El Betis se tambaleó durante muchos minutos, incapaz de sacar algo de jugo a sus mejores hombres, entre ellos Joaquín, que fue una caricatura del extremo hábil y bullicioso que lleva dentro. Sólo un espléndido Doblas, el portero formado en su cantera, le mantuvo de pie. El meta andaluz lo paró todo. Y todo fue mucho, lo bastante para salvar el pellejo y llegar al último tramo en condiciones de asestar un golpe inesperado: Edu batió a Mora en el tercer disparo del equipo visitante. Faltaban sólo nueve minutos para el final.

Hasta ahí, el Levante fue el dueño del partido. Con el mismo desparpajo que ha desplegado desde que arrancó el campeonato, el grupo de Bernd Schuster zarandeó al Betis. Un penalti marcado por Rivera lanzó a los locales, que, lejos de encerrarse y esperar la reacción visitante, buscaron sentenciar el choque. Sergio García -qué bien se mueve este chico entre los defensas: siempre tiene un pase entrelíneas en la mente-, Manchev y Nacho pusieron a prueba a Doblas, que tuvo su tarde.

Ni siquiera el gol bético -Oliveira transformó un penalti por agarrón de Manchev a Edu- amilanó al Levante, que siguió a lo suyo. Ettien mantuvo un excitante duelo con la defensa andaluza. Hay que ver qué mérito tiene el marfileño. De un amasijo de músculos sin apenas coordinación ha pasado a acelerar el pulso de la grada con sus quiebros y carreras por la banda derecha. Cada semana que pasa, Ettien es mejor jugador. Su osadía, sin embargo, fue estéril. Un Betis tan insulso como práctico se llevó los tres puntos del Ciutat de València, que, pese al resultado, despidió a los suyos entre vítores.