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Entrevista:JOSEP VICENT MASCARELL | Director de la fundación Baleària-Quatre Illes y de la Agenda 21

"La Agenda 21 es como el viaje a Ítaca"

Miquel Alberola

Pregunta. ¿Qué satisfacciones le da el programa Terra de Retrobament?

Respuesta. Hay muchas. La idea de la fundación era juntar a las personas que viven en los territorios que une Baleària. Crear capital social. Uno de esos motivos era la expulsión en 1609 de los moriscos de La Marina, que fue repoblada por mallorquines. Se se trata de propiciar el reencuentro. Estamos hablando con los musulmanes para integrarles en la fiesta. Mi idea es reconstruir parte de nuestra historia para hacer un producto cultural suficientemente fuerte para convertirse en un evento turístico que rompiese la estacionalidad.

P. Ha reunido a 30 alcaldes de distintos partidos. ¿Cómo lo ha conseguido?

R. Lo que nos separa de las Baleares no es el mar ni un problema sociológico: es un problema político. No es fácil, pero tiene arreglo si la sociedad civil reivindica sus deseos y si lo que desea acaba siendo lo que le conviene. La razón de los hechos se impone.

P. ¿La gente tiene memoria sobre el legado mallorquín en La Marina?

R. No, hay dos o tres pueblos en La Vall de Gallinera donde hace unos años todavía se hablaba salat y tienen mayor consciencia. Aquí hay muchos apellidos provenientes de Mallorca como Dalmau o Femenies, muchos márgenes de piedra seca como los que hacían los mallorquines, muchos embutidos como la sobrasada, incluso parte de su violencia, como es el caso del bandolero Francesc García. Y queda mucho por investigar.

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P. Usted también es director técnico de la Agenda 21 local.

R. De Dénia, Xaló y Teulada.Es muy complicado. La gente no sabe hacer el juego de los procesos de participación. Participar, escuchar, pensar que el otro puede tener aunque sea un 5% de razón... No estamos acostumbrados. La gente entra a las reuniones con la pregunta y la respuesta.

P. ¿No es posible el desarrollo sostenible en la costa?

R. El desarrollo sostenible es un planteamiento filosófico, un paradigma, un modo de entender qué hacemos aquí y cómo tenemos que hacerlo. El corpus teórico que soporta es todavía pobre. Hace muy poco tiempo que está en marcha, pero ese cambio de paradigma es necesario. La Agenda 21 es como en el viaje a Ítaca, sólo consiste en caminar, en que la gente se plantee que si no puede circular por Dénia no es un problema de parking. La presión urbanística tiene mucho que ver con la pérdida cultural, de la relación del hombre con su entorno.

P. ¿Turismo y sostenible son incompatibles?

R. Son muy compatibles, cuando se hacen bien. El turismo sostenible consiste en ser capaz de crear riqueza económica a favor del medio ambiente y tu cultura.

P. ¿Cómo definiría el modelo turístico de Dénia?

R. Dénia no tiene modelo turístico, está en el paleoturismo. Es un turismo de secano, que cuando llueve va bien y si no va mal. Tiene cerca de 90.000 posibles camas de segunda residencia y de ellas sólo hay 8.000 en el mercado turístico. Dénia tiene casi el triple de agencias inmobiliarias que de agencias turísticas.

P. El turismo residencia no es turismo.

R. El turismo residencial es un invento de la OMT [Organización Mundial del Turismo] que ha hecho mucho daño. Si no hay camas, no hay turismo. Aquí hay traficantes de solares. El turismo es un instrumento eficaz contra los traficantes de solares, porque un señor de La Vall de Gallinera puede ganar dinero sin vender su patrimonio, pero tiene que entender que antes vivía de la almendra y ahora va a vivir de la postal de la almendra.

EN DOS TRAZOS

Josep Vicent Mascarell (Villalonga, 1955) es un apasionado de Ramon Llull que se define como una persona fáustica a la que no le llega su Mefistófeles. Hace años que llegó a Dénia como docente y echó el ancla. Ahora está impulsando el programa Terra de Retrobrament desde la Fundació Cultural Baleària-Quatre Illes, con una intención cultural y turística a la vez. Es un pedagogo ambulante del desarrollo sostenible y del turismo, al que considera un instrumento contra la presión urbanística. También es un civitómano que le gusta ser turista ("un turista es una persona ignorante"), un analfabeto cuando va a otro lugar para aprenderlo todo.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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