Las agresiones de menores a sus padres aumentan en Valencia
Los casos conocidos por los fiscales se han multiplicado por 13 en cuatro años
"La situación es grave, muy preocupante, y eso teniendo en cuenta que las cifras negras son mucho mayores, distan mucho de las que conocemos". Así define Miguel Falomir, fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), la realidad de las agresiones de hijos menores sobre sus padres de forma verbal y física. Mientras en 2001 la Fiscalía recibió 18 denuncias, en 2004, hasta el 4 de noviembre, los casos en Valencia son 240.
"Las denuncias de padres contra sus hijos por violencia se presentan cuando ya se han producido varios episodios graves, no uno ni dos, sino varios y graves", explica Falomir. A su juicio, la realidad es mucho más dramática de lo que las cifras de las que dispone la Fiscalía, a las que habría que añadir las que se presentan en los juzgados de guardia y ante las policía, reflejan. El perfil de los menores que agreden a sus padres, según Falomir, se sitúa entre los 11 y los 17 años, "y aunque son más los menores varones, la diferencia entre géneros es mucho menor de lo que parece", señala.
Falomir dice que no llegan al 50% los casos en los que la violencia física y verbal hacia los progenitores "se deriva de cuestiones relacionadas con el consumo de drogas". Según sus datos, "son al menos igualmente importantes los episodios que se derivan de problemas de convivencia, que no tienen que ver con esa situación específica". Los fiscales de menores, dice Falomir, perciben un incremento importante de los casos de violencia de "menores a sus padres, igual que a profesores, que ocurren muchas más veces de lo que creemos".
El fiscal jefe dice que le consta que hay personas que trabajan en la materia, pero admite que no hay un foro en el que se esté intercambiando la información sobre lo que está ocurriendo para ponerle remedio. En 2001, la fiscalía recogió en Valencia 18 casos, en 2002 fueron 89, en 2003 la cifra se dobló y llegó a 160. En lo que va de 2004, hasta el pasado jueves, los casos han sido 240, lo que significa que la cifra se ha multiplicado por más de trece en sólo cuatro años. "Hay ejemplos que ilustran lo que está pasando. Hace muy pocos días, un fiscal de menores me explicó que en una guardia tuvo cinco casos de agresión de menores a sus padres".
El fiscal explica el fenómeno como una desconexión entre padres e hijos, una falta de autoridad, una educación en la que no existen valores y se prima lo material y la inmediatez, "en la que el maestro está completamente vacío de autoridad por los padres, en que la violencia está en el lenguaje cotidiano de relación y la dedicación es muy escasa".
La sección del menor del Colegio de Abogados de Valencia ratifica el mismo escenario "preocupante, grave y alarmante", según el letrado Rafael Iniesta, quien considera que la situación es lo suficientemente difícil como para pensar en otras fórmulas. "La escuela y la familia no han sabido transmitir el respeto y la educación, una cierta autoridad. Tendríamos que reflexionar sobre el modelo de sociedad que tenemos. No está todo en ganar dinero".
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