Un marroquí en el maletero
El fiscal solicita siete años para una francesa acusada de traer a España a un inmigrante indocumentado
"Es aberrante que para salir antes de la cárcel tenga que declararse culpable", repite desconcertado, desde Montpellier (sureste de Francia), Guy Cavens, cuya hija, Astrid, lleva casi tres meses en prisión preventiva en el centro de Botafuego (Algeciras).
Astrid Cavens, de 24 años, estudiante de árabe, fue detenida el 12 de agosto, junto con su novio, el marroquí Taufic Ihyaoui, residente en Francia, por la Guardia Civil cuando regresaba de un viaje a Marruecos. En el maletero de su coche los agentes descubrieron a un inmigrante clandestino marroquí.
Los camioneros que cruzan el Estrecho en ferry están hartos de contar cómo jóvenes marroquíes intentan introducirse en sus vehículos, a veces abriendo incluso un boquete en el techo, pero en coches particulares el fenómeno es mucho más raro. Astrid Cavens señala, sin embargo, en una carta remitida a su padre, que en la cárcel de Botafuego hay otros siete reos, incluida una madre de familia francesa, en situación similar a la suya.
El abogado de la pareja franco-marroquí, Pedro Camacho, ha solicitado su puesta en libertad provisional, sobre todo para Astrid, alegando problemas de salud, pero su petición ha sido denegada después de que hubiese sido examinada por un forense.
"Los jóvenes llevaban mil euros en metálico", explica Camacho, "y el fiscal sospecha que ese dinero procede del pago que les hizo el clandestino por transportarle". "Lo considera un agravante del delito", añade. "De ahí que haya pedido siete años de cárcel para Astrid", uno menos de la máxima pena prevista por el Código Penal.
Astrid y Taufic se declaran inocentes. Guy Cavens no tiene la menor duda de que lo son. "Mi hija es una chica seria y su compañero, con el que lleva cuatro años, también", asegura. "El chico va todos los años a visitar a su familia en Marruecos y conoce los controles que practica la Guardia Civil", prosigue. "Sabe que es casi imposible meter a un clandestino en un automóvil y por eso no haría una tontería de ese calibre".
En su declaración a la Guardia Civil, el marroquí encontrado en el maletero afirmó que Taufic, el conductor, sabía que él viajaba en el coche, pero no Astrid, la pasajera. Ante el juez se retractó y sostuvo que ambos ignoraban su presencia. Después fue expulsado a Marruecos.
"No es lógico que el testigo no pueda acudir al juicio oral", que se celebrará a principios de diciembre en Algeciras, se lamenta Guy Cavens. "Sus víctimas sí estarán en la audiencia y no el que les ha metido en este lío".
En los próximos días, la familia de Astrid Cavens cambiará de letrado. Consideran que su abogado les ha insistido demasiado en que si se declara culpable, el fiscal sólo requerirá para Astrid una condena de dos años y, como no posee antecedentes penales, la pena quedaría suspendida y sería puesta en libertad.
Camacho niega que apueste por esa opción. "Les he informado de que esa sería una posibilidad", asegura por teléfono, "pero, ante todo, yo defiendo la inocencia de mis clientes".
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