Mary Black o así canta Irlanda
Pocos nombres suscitan en la verde Irlanda tanta unanimidad como el de Mary Black, una dublinesa de 49 años dotada de uno de los vibratos vocales más hermosos del planeta. Desde que a principios de los años ochenta se enrolara en la mítica banda De Dannan y emprendiera su carrera en solitario, Black ha puesto voz a algunos de los mejores autores recientes de la música popular y melódica, desde Richard Thompson hasta Paul Brady, Ron Sexsmith, Joni Mitchell, Mary Chapin Carpenter, Sandy Denny o David Gray. Enraizada casi desde la cuna con la música tradicional, la intérprete de No frontiers ha sabido como pocas encontrar la intersección entre el folk, el pop y la canción de autor. Ahora, sus tres conciertos españoles constituyen una oportunidad excelente para comprender por qué su garganta ha fascinado a tantas y tan distantes generaciones.
La pequeña Mary no podía sino dedicarse a la música. Su padre era intérprete de violín y mandolina, mamá asombraba a las amistades cantando melodías de los años treinta y su hermano mayor, el guitarrista Shay Black, la grababa con un rudimentario radiocasete para que perfeccionara el fraseo vocal. "He sido cantante desde el principio de mis días", resume Black. "La música era una extensión de mi cuerpo, algo de lo que no podía desprenderme. Y cuando mi padre traía a sus amigos músicos a casa, de pronto nos sentíamos partícipes de algo extraordinariamente placentero y los problemas parecían esfumarse".
Black empezó a curtirse con actuaciones a capella -sin acompañamiento instrumental- en parroquias y otros pequeños auditorios. "Si eres capaz de enfrentarte a la audiencia durante 50 minutos en esas condiciones, en la más completa soledad, eres capaz de cualquier cosa", apunta con una sonrisa.
En 1989, la cuarta entrega en solitario de Black, No frontiers, la erigió en la gran protagonista de la temporada, con el disco afianzado en el top 30 irlandés durante 56 semanas. Cinco años más tarde participó en la antología femenina A woman's heart, junto a Eleanor McEvoy, Maire Brennan, Sharon Shannon, Dolores Keane y su hermana, Frances Black. Aquella colección pulverizó todos los registros en la isla esmeralda: las estadísticas aseguran que cada hogar irlandés cuenta con al menos un ejemplar de aquel disco. Contra pronóstico, Black aprovechó la ocasión para preparar su trabajo más ecléctico e impredecible, Shine (1997). "Cuando llevas un cierto tiempo cantando, debes evitar la tierra firme y probar cosas nuevas. Me gustaría pensar que, si algo he aprendido en estos años, ha sido aportar a mi repertorio una personalidad propia y un sentimiento diferente en cada interpretación".
Ahora, casi coincidiendo con la gira, ha visto la luz en el mercado español la más reciente entrega de esta mujer, Live, un DVD que recoge una cálida actuación en el Olympia Theatre de Dublín y viene acompañado por un disco con otras 14 interpretaciones, también en directo.
Mary Black actúa el 6 de noviembre en Madrid (sala Galileo Galilei), el 7 en Bilbao (Palacio Euskalduna) y el 9 en Cuenca (Teatro Auditorio).
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