Hincha de fútbol
Prometo hacerme hincha de fútbol, sí: puedo aparcar donde quiera sin preocuparme de a quien moleste; puedo destrozar los Jardines de Blasco Ibáñez aparcando impunemente mi coche en medio de los mismos. Estoy absolutamente segura de que la policía no va a hacer su trabajo retirando mi coche cuando impida mover otros vehículos.
Se da el mismo trato a los alumnos del campus de Burjassot que deciden acudir a su evento favorito (estudiar) con sus coches en lugar de utilizar el transporte público. No entiendo que los hinchas que acuden a los estadios sean más impunes que los estudiantes que acuden al campus. Que los pacientes que acuden a los hospitales no tengan los mismos derechos. Y que los alrededores de cualquier estadio se conviertan en Ciudad sin Ley cada vez que hay partido. Pero si es así, palabra, me hago hincha.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.