"He querido darle mucha carnalidad a Melibea"

Nació en Alicante, estudió en la Escuela de Arte Dramático de Valencia, trabajó seis años en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y ahora se ha convertido en una aclamada Melibea en el espectacular montaje de La Celestina, dirigido por Robert Lepage, que se representa en La Nave de Sagunto. Carmen del Valle reconoce su entusiasmo por actuar al lado de Nuria Espert, a su juicio, una de las grandes "damas del teatro", junto a Amparo Rivelles y María Jesús Valdés.

Pregunta. ¿También trabajó en Italia?

Respuesta. Estuve becada tres años en la fundación Shakespeare e hicimos un par de montajes, Romeo y Julieta y Como gustéis. Y con el Centre Dramático de Valencia se hizo una coproducción con el TAG Teatro de Venecia y me fui a Italia, trabajando un año por toda Europa. Era muy jovencita y fue muy duro, muy interesante, pero muy duro.

"Hemos trabajado 15 días con un acróbata del Circo del Sol, ensayando en Quebec"

"Mi mejor experiencia en esta función ha sido trabajar con Nuria Espert"

P. Destaca como intérprete de papeles clásicos.

R. Casualidades de la vida. Fui a Madrid porque había un curso en la compañía de teatro clásico, que dirigía José Luis Alonso, uno de los directores más interesantes. A raíz de ahí se fueron encadenando las cosas.

P. ¿Cómo se afrontó el personaje de Melibea? ¿Hasta qué punto se dejó guiar por el director?

R. Todo trabajo de creación debe ser una aportación de muchas cosas diferentes. Robert [Lepage] tenía su propuesta, pero se encontró con que yo tenía también la mía. Quería hacer una Melibea quizá más inocente, más sorprendida por el amor. Pero yo, como tampoco tengo la edad de Melibea, he querido darle mucha carnalidad, porque el texto también la tiene. Y así ha quedado: con momentos muy tiernos, muy inocentes y momentos muy de mujer, carnal y apasionada. Melibea lo dice en el texto: "Es todo deseo y nada más que deseo". Descubre la pasión amorosa de una manera muy carnal. No se puede decir que haya una relación romántica entre ellos.Hay un redescubrimiento físico y también como persona. Se libera de esa rigidez de virgen, de su familia. En el monólogo final dice: "Voy a saltar a la libertad de Melibea". Además está la versión de Michel Garneau, un poeta erótico, joven, muy creativo, que ha hecho una versión muy carnal y muy moderna.

P. ¿Cómo ha sido el trabajo junto a Nuria Espert?

R. Mi mejor experiencia en esta función ha sido trabajar con ella. Tiene el apasionamiento de una principiante y toda la profesionalidad de la señora Nuria Espert. Una lección continua en escena y fuera de ella.

P. ¿Y ser dirigida por Lepage?

R. Robert nos ha transmitido su obsesión por jugar, por disfrutar. Yo me he sentido muy libre trabajando. Da mucha confianza. Había una ambiente muy bueno. Y con mis compañeros, fantástico. Tengo un Calisto que no me lo merezco.

P. Se ha elogiado su forma de declamar, su dicción.

R. Lo he trabajado mucho porque nuestro medio de comunicación es la voz. Desde el principio, desde el trabajo con [Manuel Ángel] Conejero a la compañía nacional. Todo ayuda.

P. ¿Cómo fue su experiencia en el cine, en El Bola?

R. En El Bola tenía un papel pequeño, porque soy muy amiga de Achero [Mañas]. Estoy muy contenta por una película independiente que se presentó en el Festival de Moscú y que se vio en la Mostra, La piel de la tierra, de Manuel Fernández.

P. ¿Qué papel interpreta?

R. Se llama María y es una historia muy religiosa. También es una mujer virgen que lo descubre todo. La verdad es que siempre me dan papeles así. Cuando me hicieron la prueba en La Celestina yo quería ser una de las putas. En el Clásico hice una vez de pastorcilla y en la siguiente, de dama, y ya no me lo quitaron. Quizá es por la voz, por cómo me muevo. He estudiado mucha danza. Quería ser bailarina.

P. Hay mucha coreografía también en La Celestina.

R. El trabajo físico ha sido duro. Hemos estado 15 días con un acróbata del Circo del Sol ensayando en Quebec. Robert es una persona con un profundo concepto de la imagen. Me encantaría ver el espectáculo desde fuera... cuando surjo de la mesa que se hace cama y oyes al público 'aaaah' [dice mientras imita un suspiro de sorpresa y regocijo].

P. Algunos críticos opinan que a veces la escenografía condiciona demasiado la obra.

R. Los actores nos colocamos en una escenografía maravillosa, que necesita mucho trabajo. El 50% del espectáculo es la parte técnica y si hay algún fallo técnico lo sufrimos los actores.

P. ¿Qué proyectos o qué papeles le gustaría representar?

R. No lo sé. No tengo una crisis profesional pero llevo muchos años sin parar.

P. Pero atraviesa un momento especialmente bueno, ¿no? ¿Cree que su trabajo llega al gran público?

R. En el teatro pasas muy desapercibida para el gran público. Pero estoy haciendo cosas muy interesantes en el plano profesional. Es verdad. Lo que quiero es que no se me quite la ilusión con la que empecé.