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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Adolescentes agresivos... y varones

He leído el artículo de Pedro Ugarte titulado Los niños asustados (EL PAÍS, 2 de octubre de 2004) y, aunque comparto en gran medida sus opiniones y preocupaciones, creo que a su análisis le falta algo: la perspectiva de género. El autor olvida decir que esos adolescentes agresivos y hasta fascistas son varones.

El autor dice en su columna que "hay una realidad atávica, que quizás cargamos en los genes y que ningún modelo educativo ha conseguido erradicar: la intrínseca crueldad de los patios de colegio". Pues bien, Ugarte olvida recordar que las chicas también tienen genes, pero que no agreden, y que quienes suelen mandar en los patios de los colegios son los chicos. Y si mandan es porque se les deja, porque nadie (casi nadie) pone freno a tanta exhibición de machismo y tanta desfachatez.

Esas actitudes, por otra parte, se reproducen en las prisiones, se reproducían antaño durante el servicio militar y, al parecer, son bastante comunes en los colegios mayores universitarios. Esas pandillas están constituidas por chicos, y esas actitudes se alientan desde la propia familia. Porque, se diga lo que se diga, todavía a los padres les horroriza que su hijo sea dulce o sensible.

Los padres quieren hijos (varones, por supuesto) agresivos, que sepan hacer frente a la sociedad en la que viven. Los demás, los considerados débiles o cobardes, los femeninos, siguen siendo una especie a erradicar. Después, en la escuela, parece que resulta difícil frenar tanta violencia.

De hecho, muchas profesoras comentan que en las aulas tienen verdaderos problemas para que sus alumnos varones les respeten. Y así nos luce el pelo.

Estamos alentando la agresividad masculina desde la familia, seguimos sin cambiar los modelos en la escuela, y a todo ello debemos sumarle la imagen que los videojuegos y algunos programas de televisión dan de las mujeres. Estamos preparando un cóctel entre todos, y después nos sorprendemos cuando explota.

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