La mejor cara del deporte
Concluyen en Sevilla los Juegos Nacionales para Discapacitados Psíquicos
El deporte se ha convertido en un fenómeno tan gigantesco que puede ocultar su propia grandeza. Una competición en la que no importa quién es el más rápido sobre la pista o el más veloz en el agua nos devuelve al espíritu de la práctica deportiva al margen del ejercicio y el beneficio profesional. La quinta edición de los Juegos Nacionales para Discapacitados Psíquicos, que se clausura hoy en Sevilla, subraya la fuerza del deporte como fuente de colaboración, superación, respeto personal y, por supuesto, de salud.
"Nuestros deportistas son iguales que cualquier otro", afirma el director nacional de Special Olympics España, el barcelonés Enric Blesa. "Trabajan o estudian y encuentran un hueco para juntarse con otros y jugar. Además, muchas de estas personas son sedentarias en exceso, tienen problemas de sobrepeso y falta de estímulo en sus hogares y la práctica deportiva les ayuda. Hacen amigos, participan en reuniones o competiciones, algunos salen por primera vez de sus casas o pueblos...".
No se trata de buscar al héroe de cada prueba, sino de hacer de todos héroes por el hecho de competir
Special Olympics España nació en 1990 como una delegación de la asociación fundada por Eunice Kennedy Shriver en 1968. España es uno de los 161 países que abarca este movimiento reconocido por el Comité Olímpico Internacional y que trabaja con cerca de un millón y medio de deportistas que practican 24 disciplinas. La delegación española agrupa a 16.000 deportistas en 14 modalidades y celebra una media de cuatro campeonatos al año, cada uno de una disciplina diferente.
En los juegos nacionales, cuya primera edición se celebró al alimón entre Barcelona y Vilanova i la Geltrú en 1992, se agrupan todas las modalidades, y en ellos se invita a participantes de países europeos. En Sevilla se han congregado 1.200 participantes de toda España y de otros 14 países de Europa.
"Nosotros no competimos contra el cronómetro", asegura Blesa. "Los deportistas se dividen en series según su capacidad. Cada uno tiene que disponer de una opción a ganar por mínima que sea". En esta modalidad deportiva no cuenta sólo la superación del otro, sino la personal. "Aquí todos tienen la misma gloria, hasta el punto de que a aquel que supera a los demás en una prueba por un margen superior al 15% se le descalifica", explica Blesa. "Se le dan su medalla y sus aplausos, pero no se le incluye en la misma clasificación de la serie que a los otros".
En Sevilla se han celebrado competiciones de atletismo, baloncesto, carrera popular, fútbol sala, natación, petanca y tenis de mesa, entre otras. Pero nunca se trata de encontrar un héroe por cada disciplina. Se intenta elevar a todos a esa categoría por el mero hecho de participar. Para lograrlo, se divide cada modalidad en las categorías que haga falta, lo único importante es darle a cada interesado la oportunidad de competir en lo que sea.
La competición también sirve de pretexto para ofrecer a los participantes atenciones a las que habitualmente no tienen fácil acceso. En Sevilla, alrededor de las pistas de competición se han instalado servicios de revisión de la vista, odontología, cardiología, ortopedia o audiometría.
"Muchos de estos discapacitados intelectuales", explica uno de los responsables de la organización, "padecen situaciones de dejadez en su ámbito familiar, por un motivo u otro, y con la colaboración de centros privados podemos conseguir que algunos salgan con gafas graduadas, una muela empastada o que tomen conciencia de una patología que no sabían ni que padecían".En ocasiones, el deporte es un pretexto para la vida.
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