El alumno de Valerón
Silva, interior canario, fue rechazado a los 13 años por el Madrid
Junto al innegable brillo de Cèsc e Iniesta, triunfadores en el Arsenal y en el Barcelona, otros jugadores reclaman su protagonismo en la selección española sub 21, que hoy afronta en la fría Kaunas, ante Lituania, su tercer partido clasificatorio para el Campeonato de Europa. Entre ellos está Silva, interior zurdo del Valencia cedido al Eibar y que, en su primera convocatoria con el equipo de Iñaki Sáez, ha atrapado la titularidad a pesar de ser, con 18, dos años más joven que varios compañeros.
Silva es bajito, 1,70 metros, y con un físico discreto, pero posee un regate y una habilidad inmesas. Aprendió de pequeño, cuando iba a ver jugar a su padre, Fernando, capitán del equipo de su pueblo, Arguineguín, en Canarias. Pero, más que fijarse en su progenitor, admiraba a otro jugador flaquito con magia en las botas y que más tarde acabaría entrenándole, el hoy deportivista Valerón. El Arguineguín fue la rampa de lanzamiento de ambos.
A los 13 años, Silva se presentó a unas pruebas en el Real Madrid, pero fue rechazado. El Valencia, meses después, sí le abrió las puertas de su conjunto cadete y su progresión se ha disparado en cuatro temporadas. Ha sido 38 veces internacional en todas las categorías y en julio fue una de las figuras del Europeo sub 19, ganado por España en Suiza.
El gran torneo de Silva despertó el interés del Barça y el Parma. Sin embargo, se quedó en Mestalla y este verano realizó la pretemporada con el primer equipo del Valencia antes de ser cedido al Eibar. "Llegó la última semana antes de la Liga y ya es titular", comenta su técnico en el club vasco, José Luis Mendilibar; "tiene chispa y velocidad y es vertical y muy listo para el cuerpo que tiene. Protege el balón, lo enseña, mete la punta y se va. Sus condiciones son buenísimas".
Silva tiene, pues, la oportunidad de foguearse en el club con más cursos seguidos en Segunda, 17, tras jugar con el filial valencianista en Segunda B. "No está acostumbrado a trabajar tanto y la Segunda le vendrá bien. Es más maduro de lo normal a su edad", añade Mendilibar. A los 14 años dejó su casa para vivir en la residencia del Valencia hasta que le acompañó su familia. Su padre, Fernando, trabaja en la ciudad deportiva de Paterna.
Valerón, amigo de la familia y, junto a Laudrup, el ídolo de Silva, le sigue desde la distancia. "Para llegar arriba tienes que trabajar mucho abajo", le aconseja.
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