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FÚTBOL

Arrate blindó el contrato del ex gerente del Athletic "para que no fuera ejecutado"

El ex presidente del Athletic, José María Arrate, había anunciado hablar largo y tendido sobre el contrato blindado que le firmó a su gerente Fernando Ochoa (algo más de dos millones de euros de indemnización y complemento de jubilación), pero a lo largo de 45 minutos de conferencia de prensa sólo redundó en los argumentos dados por el ex gerente del club, culpando a la directiva saliente (dirigida por el fallecido Javier Uria) de haber ejecutado dicho contrato. El problema, pues, no fue la firma del contrato, sino la ejecución del mismo, "porque Ochoa estaba a dos meses de la jubilación".

Según Arrate, el contrato era "una salvaguarda" para el ex gerente, ante ofertas de "dos clubes señeros del fútbol español" (el Madrid, presidido entonces por Ramón Mendoza, y el Barça, presuntamente) que suponían "la oportunidad de su vida", y con "el espíritu de que no se ejecutase nunca. Yo no le hubiera pagado eso ni loco", dijo el que fue máximo dirigente del club rojiblanco entre 1994 y 2001. Arrate aseguró que la gran pregunta en este asunto es por qué se echa a Ochoa en los umbrales de la jubilación, cuando él no ve motivos para hacerlo y teniendo que indemnizarle. "¿Por qué se le paga?", preguntó también. "Yo no le he echado, ni le he pagado. Es muy importante saber eso", dijo Arrate. El problema, pues, no fue el contrato que él firmó, sin comunicación alguna a su Junta, sino que se ejecutara.

El empresario bilbaíno asumió la responsabilidad del contrato firmado en 1996, que, reconoció, sólo conocían él y Ochoa. No obstante, aseguró que la indemnización que recibió quien considera "el mejor ejecutivo que hay en España" no fue por aquel acuerdo sino por otro firmado con posterioridad con la Junta Directiva saliente. Arrate no señaló que dicho nuevo contrato significaba una rebaja, al diferir el anterior en el tiempo y resarcir el coste del mismo para el club, cifrado en la época de Arrate en unos 4.207.000 euros.

En todo caso, explicó que el contrato que firmó él era con la intención de que Ochoa "se jubilase en el Athletic", como el entonces gerente le aseguró desear tras valorar las dos ofertas recibidas. "No sería justo que se fuese a casa con una indemnización laboral", consideró. Arrate defendió la valía profesional de Ochoa y en ese sentido recordó que "a los 20 días" de cesar su actividad en el club bilbaíno, el ex-gerente fue llamado por el grupo G-12, el que reúne a los clubes más poderosos de la Liga española, para ser su portavoz. También desveló que a Ochoa se le propuso para ser presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional y que desestimó la oferta. Arrate se mostró también muy dolido con los dos rivales del nuevo presidente del Athletic, Fernando Lamikiz -a quien apoyó públicamente-, en los comicios celebrados el pasado viernes. Negó Arrate que firmara a Ochoa un sueldo vitalicio, sino un "complemento a pensión", y aseguró que el tema se había desbordado: "Yo no maté a Manolete", llegó a decir; "a Manolete le mató Islero".

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