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Crónica:Atenas 2004 | HOCKEY SOBRE HIERBA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El precio de la discontinuidad

La potente Australia expresa su superioridad física sobre un conjunto español en formación

Diego Torres

Atenas

La competición suele premiar a los más regulares. Desde 1956, la selección australiana de hockey no ha faltado nunca a los Juegos por motivos deportivos. Ha jugado en tres finales y sólo en Moscú, cuando el boicot, interrumpió su participación olímpica. La selección de España es intermitente. No estuvo en Seúl ni en Sidney, y no hay que remontarse dos años para encontrarla en el puesto 11 del ranking. España vivió hasta ahora como si los ritmos de la selección dependieran de los vaivenes generacionales, del microclima de Terrassa, de la esencia familiar de un deporte que pasa por etapas de estado larval, eclosiona y se apaga. Esta tendencia se ha intentado revertir desde que la federación contrató al holandés Maurits Hendricks, hace dos años, para coordinar la formación de un equipo competitivo. En estos Juegos se han visto los resultados. España ha jugado a un gran nivel pero no ha podido superar a Australia, una picadora que disputará la final contra Holanda. España y Alemania, mientras, se jugarán el bronce el viernes.

ESPAÑA 3 - AUSTRALIA 6

España: Herrera; R. Alegre, Garza, Ribas, Sánchez, F.Fábregas, Escarré, A. Fábregas, Tubau, Amat y Freixa. También: Sojo, D. Alegre, Aguilar y Sala.

Australia: Mowlan; Dwyer, McCann, Elder, Hammond, Brennan, George, Wells, Brooks, Livermore y Butler. También: Schubert, Eglington, Knowles.

Goles: 0-1. M.3: Elder. 1-1. M.10. Tubau. 1-2. M. 23: McCann. 1-3. M.27: Wells. 1-4. M. 44: McCann. 2-4. M. 48: Ribas. 2-5. M.50: McCann. 2-6. M.53: Schubert. 3-6. M.67: Ribas.

Árbitros: Whright y Ehrls.

Los requisitos de la competitividad no son tan recónditos. "Vamos a entrenar 20 horas semanales", dijo Hendricks hace un año. "Es el límite. En vez de estar en casa con descansos de una semana, vamos a estar juntos tres semanas y luego iremos a casa dos días. Volveremos a entrenar tres semanas, y a casa dos días".

"¡Claro!", decía Hendricks. "Son cambios muy grandes. Sobre todo para los españoles que están acostumbrados a darle mucha importancia a la familia y a cosas como comer reunidos en casa. Yo creo que son sacrificios normales. La verdad es que han respondido de una manera impresionante. Justo en este año en que yo les pedí doblar todos los esfuerzos y estar más concentrados el equipo se quedaba sin el plan ADO. Los chicos no reciben ni un duro y tú les pides dejar la familia, la casa y el trabajo para entrenar todo el día a tope".

España comenzó a entrenarse como Australia, Suráfrica, Holanda o Alemania. Comenzó a cuidar la preparación física de forma extrema, entrenó la velocidad cerebral, desarrolló la estrategia y estudió tanto a los rivales como al propio equipo mediante un sistema de cámaras que codifican jugadas y jugadores. "Hemos hecho todo lo que podíamos", dijo Hendricks al comenzar los Juegos; "ahora ya no se puede mejorar nada y la presión será impresionante".

Tan impresionante fue la presión que en el minuto dos de la semifinal de ayer, Ribas provocó un penalti-córner que Australia no perdonó. Los jugadores españoles saltaron nerviosos al campo. El día que debían hacerse fuertes con el control de la bola, la perdieron en pases aparentemente sencillos. Australia hizo un trabajo impecable: presionó arriba, atacó con muchos jugadores y desequilibró. Con la ventaja en el marcador y una superioridad física evidente, Australia se convirtió en una segadora. No pararon de presionar a Kiko Fábregas y Rodrigo Garza y con ellos, los dos conductores, cayó todo el equipo español.

Albert Sala se lamenta al final del choque.
Albert Sala se lamenta al final del choque.ASSOCIATED PRESS
Rodrigo Aguilar intenta cortar un avance de Brent Livermore
Rodrigo Aguilar intenta cortar un avance de Brent LivermoreAP

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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