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Reina es el rey

El meta del Villarreal paró dos penaltis y le da la final de la Intertoto a su equipo ante el Atlético

La decisión final de cuál de los dos equipos estará en la UEFA dependió de los penaltis. Y favoreció al Villarreal. Pudo haber sido al revés, al menos por lo visto en el Calderón. Reina detuvo dos penaltis, uno en juego y otro en la tanda final, y fue básico en la victoria de su equipo.

Antes, jugó mejor el Atlético. Sólo dio un pelotazo en 120 minutos. Eso es noticia. Un solo obús dirigido a la desesperada a Fernando Torres. El resto fueron intentos más o menos acertados de usar el compás, la escuadra y el cartabón. A veces, con acierto. Muchas, sin demasiado tino, errando el ángulo, sin precisión. Pero siempre respetando el primer mandamiento de su técnico, César Ferrando: tocar y tocar; arrebatarle el balón al contrario; defenderse por el procedimiento de atacar. Tener paciencia, mover la pelota de los costados al centro. Y vuelta a empezar. Cuantas veces sea necesario. Hasta que llegaran los goles. Llegaron.

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Y si quien dicta las tablas de la nueva ley es Ferrando, su profeta es Ibagaza. El argentino resucita si el balón circula por el suelo. Si tiene apoyos. Si recibe a menos de 30 metros de la portería contraria. Además de marcar un gol extraordinario en el momento justo, un minuto después de comenzar el segundo periodo, Ibagaza conectó con Torres, lo que no es una novedad. Pero, sobre todo, conectó con Musampa y con Colsa. Es decir, con el centro del campo. Eso sí es novedad. Una nueva fundamental para que el Atlético aprenda a construir los partidos sobre la base del buen fútbol, y no de los pelotazos a Torres, los ardides a balón parado o el barullo resuelto con fortuna.

García Calvo marcó tras un córner prolongado por Pablo el gol que empataba la eliminatoria. Entonces, el Atlético tenía cercado al Villarreal. Fueron veinte minutos de ocasiones y juego rápido. Quique Álvarez y Arruabarrena eran incapaces de frenar a Torres. Poco después Reina paró su enésimo penalti, en esta ocasión a Jorge. Una falta, precisamente cometida por Álvarez sobre Torres. Y ahí se acabó la energía de los rojiblancos. Sintieron un súbito cansancio, un repentino anticlímax. Y el equipo castellonense, ya con Battaglia en el césped, tuvo algunas ocasiones. Hasta ese momento ni se había aproximado a Leo Franco. José Mari estuvo muy cerca de marcar cuando ya casi finalizaba el encuentro. Pero el meta argentino le sacó un disparo cruzado desde el pico izquierdo del área pequeña.

La prórroga fue de las que responden al modelo contemplativo. Los dos equipos, especialmente el rojiblanco, estaban cansados. Muy cansados. Y se volvieron cautelosos. Miedosos. Nadie quería exponer. Nadie quiso apostar.

Reina detiene el penalti lanzado por Jorge, que observa la parada del portero.
Reina detiene el penalti lanzado por Jorge, que observa la parada del portero.EFE

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