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Reportaje:Atenas 2004 | LAS CONSECUENCIAS DEL CALOR

La hípica se deshidrata

La Federación Internacional recomienda medidas especiales para proteger a los caballos

Calor y humedad. Un quebradero de cabeza añadido para los equipos de hípica que se encuentran estos días en Atenas. Las altas temperaturas que azotan a la capital griega han llevado a la Federación Ecuestre Internacional (FEI) a recomendar que se extreme el cuidado de los caballos para evitar su deshidratación. Ya ha habido casos de animales que, después de competir o de un entrenamiento, han perdido entre 15 y 20 kilos, según advirtió ayer Leo Jeffcott, el presidente de la Comisión Veterinaria de la FEI.

Un escuadrón de veterinarios, 45, se encarga de que los equinos estén mimados. "Tratamos de facilitar su recuperación con suero y vitaminas y llevamos un control exhaustivo de sus niveles sanguíneos", explica José Simo, del equipo español.

La localización del Centro Ecuestre Olímpico de Markopoulo, "en un alto donde corre bastante brisa", según Simo, permite atenuar los efectos del fuerte calor. Los termómetros no bajan de los 30 grados, ni la humedad, y eso es lo más preocupante, del 60%. Así, cualquier esfuerzo se cobra un precio doble.

Los veterinarios insisten en controlar los niveles de sodio, cloro, potasio, calcio y magnesio de los caballos, sustancias responsables del equilibrio hídrico y el potencial muscular, y fundamentales para prevenir el agotamiento, los calambres y las contracciones musculares.

"Afortunadamente, todas las instalaciones hípicas de estos Juegos son fantásticas", sostiene Rafael Soto, junto a Beatriz Ferrer-Salat, Juan Antonio Jiménez e Ignacio Rambla, miembro del equipo español que luchará por la medalla en doma clásica.

Markopoulo es algo así como un balneario de lujo para los caballos. La temperatura en su interior está regulada mientras que unos ventiladores se encargan de pulverizar agua fresca sobre la piel de las monturas.

"Ya lo vimos en Sidney. Lo más importante es la adaptación, especialmente cuando tienes que pasar de Alemania a Grecia, como nos ha ocurrido. Nuestros caballos llevan aquí desde el pasado miércoles, aunque no competirán hasta el viernes", apunta Soto, que con éstos cumple sus terceros Juegos. Todos, con el mismo caballo, Invasor, un pura raza español.

La prueba hípica de mañana es la que más preocupa. Los jinetes y sus caballos tendrán que afrontar el cross, una de las tres disciplinas en las que se divide el concurso completo, con la doma clásica y los saltos en pista. Se trata de cubrir un recorrido de 5,7 kilómetros en campo abierto con obstáculos. La organización tiene preparada una red de aspersores a lo largo del recorrido para reblandecer el piso, además de gandes cantidades de agua y más de 6 toneladas de hielo con los que enfriar a los caballos.

Dos caballos y sus mozos de cuadra, en la zona de ventiladores del Centro Ecuestre Olímpico de Markopoulo.
Dos caballos y sus mozos de cuadra, en la zona de ventiladores del Centro Ecuestre Olímpico de Markopoulo.ASSOCIATED PRESS

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