Los secretos de un prodigio

El nadador completo es el especialista de la pruebas de estilos individual. Debe dominar la salida de mariposa, los cuatro estilos, los virajes propios de los cuatro estilos, los virajes de los cambios de estilo y la llegada de estilo crol. Así mismo, en la prueba de 400 m el nadador debe tener una capacidad aeróbica y anaeróbica extraordinarias para soportar un esfuerzo ligeramente superior a los cuatro minutos, que se realiza mientras el nadador trata de conseguir el mejor tiempo posible en cada estilo.

Esta especialidad se caracteriza por la aplicación de diferentes tipos de estrategias, en función del estilo dominante. Si los cuatro estilos se ejecutan de forma similar el esfuerzo se reparte con más facilidad. Si hay un estilo muy por encima de los demás u otro demasiado por debajo, la dosificación del esfuerzo se complica y se depende más de las estrategias de los rivales.

El gran dominador actual de esta prueba Michael Phelps, conjuga todo lo que caracteriza al nadador completo. Domina todos los aspectos de la prueba y su rendimiento en cada una de los estilos por separado es de récord del mundo (200 mariposa) o próximo al récord del mundo (200 espalda y 200 libres). Su único punto débil es el rendimiento en el estilo braza, pero su nivel es suficiente para que sus rivales no le alcancen con la ventaja que lleva de la mariposa y la espalda.

¿Qué aspectos son los que hacen a este nadador mejor que los demás?

Utiliza la técnica de salida de atletismo retrasada para comenzar el tramo de mariposa, su salto es relativamente corto, pero es compensado con un correcto ángulo de entrada que precede a su fase subacuática ondulatoria.

Ha incrementado en mariposa, espalda y crol los movimientos ondulatorios tras los virajes en comparación con lo realizado en Barcelona el año pasado. Dado que su técnica ondulatoria es casi perfecta, no es extrañar que este aspecto haya ayudado a batir el récord del mundo.

Su técnica de mariposa se puede considerar como clásica pues realiza dos potentes batidos, respira frontalmente y su cuerpo realiza una ondulación de gran amplitud. Pero todo ello se ve reforzado por una sección vertical pequeña, lo que reduce la resistencia que ofrece su cuerpo. Esta característica se repetirá en cada uno de los estilos.

El estilo espalda lo realiza con un movimiento hacia abajo inicial relativamente pequeño en comparación con otros competidores, pero la colocación inicial del brazo y el antebrazo para propulsar es inmediata y con estos segmentos dirigidos hacia atrás. La mano se acelera bruscamente en la fase final de la tracción con la palma vertical, realizando un amplio movimiento hacia abajo mientras extiende el codo, para seguir propulsando mientras realiza el movimiento ascendente para sacar la mano del agua. Su técnica nos recuerda a la del nadador español Martín López-Zubero.

El estilo braza, aunque se puede considerar que es el que peor realiza, es aprovechado al máximo y trata de no perder demasiada energía en este tramo, colocando, otra vez, su cuerpo en posición horizontal el mayor tiempo posible. Este nadador trata en todo momento en este estilo de no luchar con la resistencia del agua.

El estilo crol es dónde consigue superar finalmente a sus rivales. Su técnica es muy similar a la de Ian Torpe, coloca un brazo extendido y horizontal delante del cuerpo, mientras el otro brazo propulsa; gracias a la acción flexible y potente de su pies y piernas puede mantener esta posición hasta que casi un brazo se encuentra con el otro delante del cuerpo.

Es de destacar, que el dominio de sus virajes en todas la combinaciones, especialmente gracias a la fase subacuática posterior, le ayuda a que la diferencia con el resto de competidores sea todavía mayor.

En resumen, es difícil encontrar en un nadador una mejor combinación de dominio técnico con factores fisiológicos, que le permiten conseguir los récords a los que nos tiene acostumbrados. La difícil tarea de mejorar los resultados de Mark Spitz ha comenzado con buen pie, pero las dificultades son enormes, pues el número de medallas a conseguir no sólo dependen de su rendimiento, sino de los de sus rivales en pruebas como los 100 mariposa y los 200 libres, o de los resultados de sus compañeros de relevos (4x100 y 4x200 libres), dónde el equipo americano no lo tendrá tan fácil como le ocurrió en los Juegos del 72.

Raúl Arellano Colomina es Profesor Titular de la Universidad de Granada.