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Reportaje:FIESTAS DE LA BLANCA

Palabra tranquila

Recepción oficial. Casa Consistorial. Ediles con diputados, Ramón Rabanera, ilustres de la ciudad (¡Peterman!), jueces, algún artista, junteros y junteras, el presidente del Senado Javier Rojo, periodistas, Alfonso Alonso como anfitrión, gasteiztarras y gasteiztarros , como dijo alguien en un acto futbolístico intentando emular al lehendakari, Álvaro Amman y Javier Balza en representación del mismo lehendakari,... y canapés para todos, boquerones con tomatitos, foie con manzana caliente, kokotxas al pil-pil en cuchara, ibéricos, cestas de jamón con melón y copas de gazpacho con berberechos y camarones, todo muy fresco en este verano de 2004. Y reserva de Rioja alavesa, y un ligero cóctel de rosado de la tierra. Todo como debe ser y corresponde a una Recepción oficial.

Con presupuestos tal vez hubiera habido caviar en la Recepción del Ayuntamiento

Y, a manera de canción, como dijo William Carlos Williams, circulaba entre algunos aquello de "Que la culebra aguarde bajo/ su yerbal/ y la escritura sea/ de palabras lentas y rápidas, prontas/ a morder, tranquilas en la espera,/ insomnes". Que la culebra quede fuera, pero que palabras tranquilas asomen y circulen sobre las alfombras del Consistorio, que falta hace, como diría mi tía abuela Hermenegilda. Que tenemos presupuestos prorrogados en todas y cada una de las instituciones que nos gobierna. (Y el Ejecutivo se salvó por los pelos, o, más exactamente, por Mayor Oreja.) Que si no hubiera sido por eso, tal vez hubiera habido caviar en la Recepción del Ayuntamiento. (Sólo tal vez, digo, porque el caviar que no sea directamente del mismísimo Volga y la langosta a la americana empiezan a ser de mal gusto, ostentosas, en nuestras mesas.)

No es algo en lo que estuvieran los políticos (así llamados por dedicarse profesionalmente a la política). Precisamente ellos. Ellos que tienen mano en eso del gobierno y en nuestro bienestar, en la administración de todo y en el modo en que se nos presente el provenir. No, no parecía ser cosa de ellos... al menos de algunos de ellos.

¿Qué hacen Mikel Martínez, de EAJ-PNV, Arantza Zenarruzabeitia, Aitor Tellería, Beatriz Artolazabal, Unai Grajales, Valeriano Tena, Iñigo Antía y Miren Maialen Arruabarrena sin ponerse de acuerdo con Antxon Belakortu, de EA (millón de pelas mensuales gasteiztarras por su Grupo Mixto), y con José Navas Amores, de IU, y Mª José Ruiz? Sumarían once, que hacen más que los nueve del PP. Tripartito o Santísima Trinidad que pregona Ibarretxe como el bálsamo de Fierabrás para los males del país. Tendrían alcaldía y administrarían, que es lo que necesitamos. (Incluso, en fiestas.) Bien: pongamos que el PSE se interpone. De acuerdo.

De resultas de todo esto, ¿qué hacen Patxi Lazcoz, del PSE-EE, Juan Carlos Alonso, Joana Madrigal, Peio López de Munain, Natalia Rojo, Mª Ángeles Gutiérrez, José Manuel Bully sin apoyar-corrigiendo la gestión de Alonso? Podrían, incluso, compartir gobierno. A algunos nos parecería excelente. Álava, salta a la vista, no es para esto España, ni es Euskadi (aunque sea ambas cosas, no vayamos a confundirnos). Las alianzas deben ser concretas. ("No hay ideas/ sino en las cosas", decía W. C. Williams.) Por eso, ¿qué hace Charly Prieto alimentando fantasías políticas para el otoño? Una cosa es que estemos de fiesta, y otra que hayamos perdido la razón.

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En fin, a lo WCW, si en estas cosas "no puedes traer nada sino/ tu osamenta, quédate fuera".

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