_
_
_
_

El error de Hawking

Sostiene ahora el famoso astrofísico Stephen Hawking que un agujero negro mantiene todo lo que atrapa, pero que después de mucho tiempo éste acaba por desintegrarse a sí mismo y envía su contenido transformado a horizontes infinitos del universo del que procede. Y algo así debe haber pasado en el PSPV, que ayer cerró su décimo congreso con una nueva dirección hecha para mirar hacia la calle, en la que entran de nuevo representantes del mundo universitario y social. Y sobre todo, muchos portavoces parlamentarios y un significativo número de alcaldes con amplio respaldo electoral.

Atrás queda un agujero negro, abierto tras los fracasados intentos de renovación del séptimo y octavo congresos -el primero celebrado en 1994 en Cheste aún en el poder; el segundo oficiado en Valencia en 1997 ya en la oposición-. Un agujero negro con el que una parte del partido se había encariñado. Pensaban, como Hawking antes de reconocer su error, que un agujero negro te permitía viajar en el tiempo y reaparecer el día en que los populares se cansasen de goberna

r.

Sin embargo, el secretario general del PSPV descubrió hace algunos meses que el agujero negro estaba a punto de engullirlo y decidió esperar pacientemente a que éste se desintegrase. En la madrugada del domingo, ya reelegido por una amplísima mayoría como secretario general, arrancó el paripé de la negociación con los representantes de los distintos territorios y sensibilidades del PSPV. Pero sólo aguantó hasta que se consumieron los tres grandes termos de café que un camarero había subido a las 23.30 horas del sábado. Así, alrededor de las 2.30 del domingo dejó la lista de su Ejecutiva hecha, pidió a dos personas de su entorno que rematasen la composición de las candidaturas al resto de órganos de gobierno del PSPV y del PSOE y se fue a dormir.

Y lo hizo a pierna suelta. O el agujero negro se lo engullía y se ahorraba tres años de tormento o se desintegraba y devolvía su contenido transformado. Y la paciencia de Pla funcionó. La asamblea le aprobó -en parte por convicción, en parte por responsabilidad- la nueva dirección.

Ahora la flamante ejecutiva del PSPV dispondrá de unas semanas de tranquilidad para fijar sus normas de funcionamiento y engrasar la maquinaria. Joan Ignasi Pla no ocultó ayer su alegría por la nueva ejecutiva del PSPV, sobre la que asume toda la responsabilidad y que tiene como una de sus principales misiones convertir las Cortes Valencianas en el principal foro de oposición socialista al Consell de Francisco Camps.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

A partir de hoy la principal preocupación del líder del socialismo valenciano será que los horizontes infinitos a los que ha lanzado su proyecto no concluyan abruptamente en el 2007.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_