Más cursos de informática

Las escuelas de informática llevan algunos años en crisis. Algunas entre las más pequeñas se han visto abocadas al cierre ante la falta de demanda y otras muchas han sufrido un estancamiento en su negocio. Ya pasó. Al menos eso es lo que cree la Asociación Española de Centros de Enseñanza de Informática (AECEI), que agrupa a 209 escuelas, y que tras sondear a sus miembros ha estimado que este mercado crecerá este año un 6,15%.

La encuesta permite también hacer una radiografía del sector. La ofimática sigue tirando de la demanda y representa el 44% de todos los cursos impartidos. A continuación se sitúa las enseñanzas relacionadas con la programación, con un 22%. Ambas materias han ganado terreno con respecto a la enseñanza relaionada con Internet, que el año pasado representaron el 16% de todos los cursos impartidos en estos centros.

Los cursos de ofimática representan el 44% del total, por delante de los de programación y de los relacionados con Internet

Lo que sí han advertido los responsables de la asociación es que Internet se ha consolidado como un canal para el estudio del informático, ya que hasta un 25% del total de los cursos se han realizado a través de esta vía. Aunque el 66% de estas clases siguen la forma tradicional de enseñanzas en grupo, un 19% ya se hace sólo por Internet y otro 6% combina sesiones presenciales con otras a través de Internet.

En cuanto al perfil del usuario de estos centros, el más común es una mujer trabajadora, de entre 19 y 30 años de edad y con estudios secundarios. Para decidirse a seguir alguno de estos cursos, lo que más valoran los alumnos es la disponibilidad de tiempo y el precio del curso en cuestión. Quedan en un segundo plano la posibilidad de adquirir nuevas perspectivas en su carrera profesional y el contenido del temario

El estudio también concluye que la gran mayoría de los centros no depende de las subvenciones públicas para subsistir. Durante el año 2003, el 26% de los cursos recibieron algún tipo de aportación pública (la mayoría de ellas relacionadas con los planes de formación continua). El resto se repartió entre los que costearon las empresas para sus trabajadores (17% del total) y, sobre todo, fueron costeados por particulares (57%).