Las maravillas del Retablo

La sala Argenta del Palacio de Festivales de Santander registró un lleno hasta la bandera ante el anuncio de un monográfico Manuel de Falla pensado y hecho con gran finura de conceptos y de sensibilidad. Con esta y otras jornadas, el encuentro no sólo asienta y amplifica su radio de acción sino que contribuye a que la música española se imponga fundamentalmente desde el sustantivo antes que desde el adjetivo. Así sucede en Falla, Albéniz, Granados, Turina y sus sucesores hasta Tomás Marco. Si hace pocas jornadas Las musas de Andalucía, de Joaquín Turina, causaron verdadera sorpresa, quienes ahora han escuchado El retablo de Maese Pedro, de Falla -una obra de castellanidad clásica en su canto desde los viejos romances y pregones populares o religiosos hasta la emoción madrigalesca de la invocación a Dulcinea-, además de responder con entusiasmo se han sentido felices.

La belleza pura y honda, la simplicidad máxima, la gracia y el encanto de la representación de los títeres en el patio de una venta manchega es algo que en manos de Falla se convierte en experiencia inolvidable. El director, Paul Saba, al frente de la orquesta del encuentro en la que figuran instrumentistas y cantantes jóvenes de 15 países, ha interpretado con autenticidad el pensamiento y el sentir de Falla en la obra que le encargara en 1923 la princesa de Polignac.

Antes, pudimos seguir la emoción del homenaje a Paul Dukas, una suerte de polifonía congelada en el piano, o el dedicado a Debussy a partir del tema y el ritmo de La soiree dans Grenade, la primorosa melodía sobre texto de Gautier o el alquitarado refinamiento de Tsyghé, con texto de Jean Aubry. Además, Debussy estuvo presente en su breve y genial pieza para flauta sola Syrins, que interpretó el gran maestro cántabro Jaime Martín.

Todos los intérpretes, a las órdenes del maestro Saba, mostraron un arte de alto nivel, y el público, los patrocinadores oficiales y empresariales de la jornada, como Breguet, merecen aplauso por la colaboración prestada a la obra de Paloma O'Shea, impulsora desde las ideas y la acción de unos encuentros que han ingresado ya en las grandes manifestaciones del concierto mundial.