Beckham se pone en guardia
A Inglaterra le basta el empate ante Croacia, pero, escarmentada por su fracaso en 2000, es un manojo de recelos
Campbell y Terry se han concentrado durante los últimos días en el estudio de los vídeos de los goles de Prso y Beckham no ha pasado la maroma cuando se le ha recordado el desastre en la Eurocopa de 2000, cuando la selección inglesa cayó a un minuto del final ante Rumania (2-3) y se quedó fuera de los cuartos de final. Eso, por no hablar de lo que Sven-Goran Eriksson ha machacado a sus jugadores tras el fiasco de su primer encuentro en Portugal, hace una semana, cuando Francia les remontó un partido que iban ganando en el minuto 90. Escamados por tantas calamidades y a rebufo del espíritu que les infunde su jovencísimo goleador, Rooney, los ingleses escrutan todas las espinas que pueden clavarse si no andan con tiento en el partido ante Croacia. A ellos les vale el empate, pero a los croatas sólo la victoria.
"Es inimaginable que podamos ser eliminados en la primera ronda con el equipo y los jugadores que tenemos. No pensamos siquiera en el empate. Iremos a ganar", dice Beckham. El capitán inglés vivió la amarga eliminación ante los rumanos en la anterior edición, en Bélgica y Holanda. En aquél partido, disputado en Charleroi, Inglaterra, como otras tantas veces, no acertó a conservar la ventaja que le dieron los goles de Shearer y Owen. Chivu había abierto el marcador, que igualó Munteanu y que cerró Ganea al transformar un penalti cometido por Phil Neville en el penúltimo minuto. "Son malos recuerdos. No podemos permitir que vuelva a suceder algo igual", sentencia Beckham.
Los ingleses han focalizado sus prevenciones en Prso, el delantero de 29 años que anotó el tanto del empate a dos en el Croacia-Francia del jueves. "Es un fantástico jugador, pero, habiendo jugado un par de veces contra él, pienso que, si juego, puedo frenarle", vaticina Terry, central del Chelsea, equipo que se midió al Mónaco de Prso en la Liga de Campeones. El equipo de Roman Abramovich probó la receta de Prso, pero Terry y su compañero en el eje de la zaga inglesa, Campbell, también han repasado las evoluciones del goleador croata en el partido entre el cuadro monegasco y el Deportivo (8-3), en el que se dio un atracón y marcó nada menos que cuatro tantos. Otro de los internacionales ingleses del Chelsea, Lampard, es más escéptico en referencia la posibilidad de neutralizar a Prso: "Es muy bueno, grande, poderoso, goleador y está efectuando una fantástica temporada. Creo que ningún defensa que juegue contra él puede saber lo que va a ser capaz de hacer durante un partido".
Prso, que la próxima temporada se enfundará la camiseta del Glasgow Rangers y que conoce las rencillas que conviven en Gran Bretaña, prepara el partido también como un desafío personal: "Si marco, me convertiré en un ídolo en Escocia. Estoy seguro de que somos capaces de ganar a Inglaterra".
Ambos equipos comparecen en el partido decisivo de la primera fase con un punto débil, los lanzamientos de penaltis. Prso, después de fallar una pena máxima con el Mónaco ante el Lokomotiv de Moscú, anunció que no iba a tirarlos más. En el bando inglés, Beckham ha fallado sus dos últimos disparos desde los once metros, contra Turquía y Francia. Owen, que necesita un gol para igualar los 26 de Bryan Robson y entrar en la lista de los diez máximos anotadores de la historia inglesa, no se presenta como una alternativa válida desde el punto de penalti. Su estadística es lamentable: diez fallos en los 23 lanzamientos que ha efectuado desde allí.
El partido se disputará en el estadio Da Luz y se prevé de lo más caliente. Se calcula que a las gradas del campo lisboeta acudan unos 40.000 aficionados ingleses y unos 10.000 croatas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.