"La música y la danza nos estructuran y nos hacen más libres"

Desde que hace tres años tomara las riendas del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, Enrique Gámez apostó decididamente por lo escénico. Las óperas de las ediciones de 2002 y 2003 han dado paso este año a la zarzuela, o teatro lírico español, como prefiere llamarlo. La verbena de la Paloma interpretada por la compañía catalana Els Comediants es uno de los platos fuertes del festival de este año que cerrará el 4 de julio con los acordes de Iberia, de Isaac Albéniz y Francisco Guerrero y la Sinfonía Lírica opus 18 de Alexander von Zemlinsky, interpretadas por la Orquesta de París.

Pregunta. Después de 53 ediciones ¿qué significa el festival para Andalucía?

Respuesta. Es el certamen musical más importante de la comunidad y un referente en toda España

P. ¿En qué ha cambiado desde que usted llegó al cargo?

R. Mi llegada se enmarca en el desarrollo de un proyecto que mantiene una identidad en relación con la música española, de la que el festival pretende ser un escaparate europeo. Mi propuesta es acentuar sus propias raíces apostando por la creación y los artistas de primera línea. Mi principal aportación es, quizás, una mayor presencia de lo escénico.

P. Este año han sustituido la ópera por la zarzuela, ¿por qué?

R. No vale la pena establecer compartimentos estancos. La zarzuela es la ópera española, un género que no ha muerto, un teatro lírico de altísima calidad. Tiene títulos más afortunados que otros, pero hemos escogido uno de gran repertorio.

P. Uno de sus objetivos es abrir el festival a a toda la sociedad ¿Cómo lo conseguirá?

R. Hemos programado una extensión de actividades para que llegue a todo el mundo. Extensión significa accesibilidad. Todos tienen que participar de la música y la danza porque nos estructuran como personas y nos hacen más libres. El objetivo es llegar a cualquier ámbito con la calidad como marchamo, porque con eso se convence. Somos optimistas en cuanto a los resultados.

P. ¿Qué echa de menos este año?

R. Me hubiera gustado tener una segunda orquesta invitada además de la de París. Lo ideal es contar con una producción escénica propia, dos orquestas internacionales invitadas, otras dos españolas y tres o cuatro compañías de danza.

P. ¿Qué es lo que nunca entrará en el festival?

R. El mal gusto, la vulgaridad. Algo que por desgracia está muy extendido y afecta a muchos espectáculos.

P. Dígame como un espectador más lo que no se perdería.

R. No faltaría a ningún concierto. Esto no es una programación de un año en la que uno puede seleccionar. Son 17 días excepcionales en los que hay que ir a por todas.