El tatuaje también juega

¿Estética o superstición? Cada vez son más los futbolistas que se apuntan a la moda del tatuaje. La Eurocopa de Portugal se ha convertido en sus primeros días en un buen escaparate para ver un gran muestrario de estos grabados en la piel, casi tan antiguos como la humanidad.

Letras orientales que ocultan mensajes o nombres personales, dibujos kitsch de dudoso gusto y otros más realistas son algunos de los motivos que adornan distintas partes del cuerpo de algunos jugadores.

Sin duda, Beckham es el rey de los tatuajes entre sus compañeros. Nueve veces ha dejado que una aguja inyecte tinta en su piel. La última de ellas le costó el enésimo disgusto con la prensa de su país. Los medios dijeron que parecía un hooligan, que más que de jugador de fútbol tenía pinta de matón. Todo, por tatuarse una cruz alada en la nuca, uno de los pocos sitios donde aún tenía espacio.

El centrocampista inglés también lleva tatuados los nombres de sus dos hijos en caracteres góticos y el de su mujer en indi; por cierto, dicen que con errores ortográficos.

Otras grandes estrellas del fútbol, como los italianos Totti y Vieri, también se han dejado arrastrar por esta tendencia. Los españoles van entrando en ella. Raúl Bravo y Albelda ya la lucen en sus brazos. Las letras chinas del valenciano han cautivado a la prensa de ese país desplazada a Portugal. "Lo he hecho por seguir la moda", confesó recientemente. Para otros, como el madridista Guti, que lleva la figura del mago Merlín, es más una cuestión de suerte. Todo vale.