Cuando Noé tomo la alternativa
Rayos, relámpagos, truenos y agua reprodujeron las condiciones en que el patriarca Noé tomó la alternativa en el monte Ararat. Hay que señalar que la profesionalidad de los toreros, y no menos la del público, salvaron un espectáculo que tenía todas las papeletas para suspenderse. La lluvia comenzó durante la lidia del segundo toro y ya no paró en toda la tarde.
Enrique Ponce estuvo muy técnico con el sobrero de Alcurrucén, que en todo momento amenazaba, con incierta embestida, cambiar el viaje inopinadamente. Mantuvo muy bien las fuerzas del tercero, en una faena que no hay que calificar como de enfermería, sino como de gran sapiencia taurina para que la res pudiera llegar a embestir. En el quinto, el toro más bonito del encierro, se volvió a enfrentar a unas caídas constantes, y aunque estaba deseoso de lograr mejores objetivos, hubo de terminar su labor a petición popular, lo que hizo de un certero bajonazo.
Resina / Ponce, Fandi
Toros de Partido de Resina, el primero, sobrero, de Alcurrucén, bien presentados, escasos de fuerza y bravura. Enrique Ponce: oreja, ovación, oreja. El Fandi: ovación, ovación, ovación. Plaza de Granada, 12 de junio, sexta de Feria. Lleno
El Fandi no pudo salir esta vez a hombros de su plaza, ya que falló a espada. Entró realmente dentro de la leyenda el tercio de banderillas del último, arrodillado en mitad del barrizal antes de quebrar al toro. En los anteriores había lucido especialmente en un par de poder a poder y en otro al cuarteo. Sus toros se acabaron pronto, y cuando después de torear al natural de rodillas al sexto parecía que iba a lograr el triunfo, el toro se rajó y El Fandi pinchó muchas veces.
Babelia
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