Nitin Sawhney esboza trazos autobiográficos en su último disco
El británico de origen indio presenta 'Human' en Madrid y Sevilla
Probablemente sea el músico británico de origen indio más creativo de su generación. Maneja elementos de la música clásica india, el rhythm and blues, el soul, el flamenco o el drum and bass sin que suene a pastiche. Nitin Sawhney, que creció en el sur del Reino Unido en un medio racista, opina de forma crítica sobre el mundo actual y echa un vistazo sobre su infancia y adolescencia en su disco Human. Mañana actuará en Madrid (La Riviera) y el jueves en Sevilla (Palenque).
"A veces, uno tiene que esperar a terminar un disco para entenderlo", dice. "Si piensas demasiado, o eres demasiado consciente de lo que haces, no le permites que vaya creciendo. Al finalizar, vi que era la historia de parte de mi vida". Le inspiró William Blake: la pérdida de la inocencia. "Se supone que en la escuela debes creer a tus profesores, pero su funcionamiento tiene más que ver con el control de los niños que con la enseñanza. No se habla apenas de la historia de África o India, cuando el 57% del mundo es asiático. Lo mismo pasa con los medios, que ponen tanto énfasis en que han muerto tres o cuatro soldados estadounidenses en la guerra y le dan más importancia que a la muerte de un millón de ruandeses. A quién le importa, son negros y viven lejos. Y los políticos refuerzan esa forma de pensar enfermiza y asquerosa".
Nitin Sawhney, que estudió Derecho en la Universidad de Liverpool, ha creado música para cine y televisión, y ha trabajado para Sinead O'Connor, Sting y Paul McCartney. Suele utilizar fragmentos de discursos políticos. Ya lo hizo con grabaciones del primer ministro de India, el padre de la bomba atómica o Nelson Mandela. En Human se oye a Enoch Powell hablando sobre la raza y la inmigración en 1968. Aclara que "no se trata de denunciar lo que decía Margaret Thatcher, sino de situar las cosas en el tiempo. "En la canción con Martin Luther King, estoy recordando cuando iba al colegio con cinco o seis años. "El primer día me pegaron", cuenta. "Yo era de los pocos niños asiáticos y únicamente puedo recordar mucha violencia".
Miedo al otro
Nació en 1964 y creció en Rochester, Kent, un feudo dominado por el Frente Nacional. El racismo tiene mucho de miedo al otro. "Creo que es exactamente lo que está pasando ahora. Los gobiernos norteamericano y británico están muy interesados en tenernos asustados y paranoicos. Así pueden controlar más fácilmente a la gente y manipular su pensamiento".
"No se enseña la importancia del respeto a los demás. El problema es que reciclamos la misma inseguridad en nuestros hijos", afirma. Aunque se siente optimista: "Veo a un montón de chicos inteligentes y lúcidos. Desde el 11 de septiembre, el poder propaga el miedo al terrorismo y a todo con una gran dosis de cinismo, pero creo que la gente está empezando a hartarse".
"La música nos habla desde la emoción. Y me enseña sobre la humanidad más que cualquier otra cosa", asegura. En cuanto a su fructífera mezcla de estilos -soul, R&B, música india, drum and bass, flamenco-, alega que no es algo buscado. "Ni siquiera lo intento", dice riendo. "Si pintas, tienes distintos colores a tu disposición, pero no pienso demasiado en azules, rojos, verdes o amarillos. Lo que importa es lo que quieres decir".
Para su sexto disco ha contado con Natacha Atlas, Kevin Mark Trail (The Streets) o Matt Hayles (Aqualung). "He vivido en Londres los últimos 13 años y he trabajado muchas veces de DJ. Human está impregnado de sentimientos, sonidos y cosas que suceden allí". En la canción Rainfall suena una guitarra flamenca. "Los ciclos en la bulería o la soleá son de 12 golpes y las palmas se hacen igual que en la música clásica india. Hasta el zapateado se parece. Cada vez que me encuentro con mi amigo Pepe Habichuela, me dice: 'Tú y yo somos lo mismo".
Babelia
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