Europa y el espíritu de la Almudena
Nací europeo. Dejé de serlo cuando Franco y sus estúpidos actualizaron el pasado imperial y el fanatismo católico; cuando perdieron los nazis la guerra, y nos quedamos solos con la España fascista. Comencé a ser de Estados Unidos cuando vino Eisenhower y comenzó la primera colonización. Volví a recuperar una condición política y militar europea cuando Felipe González nos metió en la OTAN. Volví a abandonar Europa cuando Aznar renunció y fundó la segunda colonización de EE UU al entrar en la guerra de Irak. Nos costó caro, echamos a Aznar, y él siguió de colaboracionista del Imperio en su Washington. No detesto ninguno de los imperios que han colonizado España: si todos fueron crueles para los colonizados, nos dejaron idioma, cultura, hidráulica, medicina, pensamiento y arte: y también los judíos, que, sin imperar, hicieron parte del pensamiento transgresor de España.
Cuando veo a Mayor Oreja dirigir la campaña del partido de Aznar para Europa, el ministro-policía de la "tregua trampa", el que empezó a dañar a su partido en las elecciones vascas, pienso que volvemos a desertar de Europa. Que es desertar de nuestra actualidad y de nuestra necesidad. No tengo confianza, y lo siento, en el partido socialista y en Zapatero, pero por lo menos no les veo representados por monseñor Rouco y el Papa caquéctico, se han llevado las tropas de Irak, y rondan algunas ideas para facilitar la vida a los homosexuales, mejorar las condiciones de aborto, reformar el divorcio, crear viviendas, ganar el salario mínimo. Y no están en la contrarrevolución francesa, como el partido popular desde hace dos siglos y pico (sus antepasados). No soy "antiamericano", y mi cultura se formó con la base de la nuestra, la suya y la de Europa; no quisiera perderla. Sólo creo que ha caído en las peores manos del país, las de Bush y sus profetas del mal. Tampoco creo en la Europa del capitalismo neoliberal, ni en la de sus políticos, aunque se disfracen de socialdemócratas. Pero europeizar es una manera de empezar a cambiar, de integrarse en una mayoría con el pensamiento amplio. Nunca a través del PP y sus alianzas: Rouco y el Opus, los "guerrilleros", los "legionarios", los "kikos": el espíritu de la Almudena.
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