_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Europa y el espíritu de la Almudena

Nací europeo. Dejé de serlo cuando Franco y sus estúpidos actualizaron el pasado imperial y el fanatismo católico; cuando perdieron los nazis la guerra, y nos quedamos solos con la España fascista. Comencé a ser de Estados Unidos cuando vino Eisenhower y comenzó la primera colonización. Volví a recuperar una condición política y militar europea cuando Felipe González nos metió en la OTAN. Volví a abandonar Europa cuando Aznar renunció y fundó la segunda colonización de EE UU al entrar en la guerra de Irak. Nos costó caro, echamos a Aznar, y él siguió de colaboracionista del Imperio en su Washington. No detesto ninguno de los imperios que han colonizado España: si todos fueron crueles para los colonizados, nos dejaron idioma, cultura, hidráulica, medicina, pensamiento y arte: y también los judíos, que, sin imperar, hicieron parte del pensamiento transgresor de España.

Cuando veo a Mayor Oreja dirigir la campaña del partido de Aznar para Europa, el ministro-policía de la "tregua trampa", el que empezó a dañar a su partido en las elecciones vascas, pienso que volvemos a desertar de Europa. Que es desertar de nuestra actualidad y de nuestra necesidad. No tengo confianza, y lo siento, en el partido socialista y en Zapatero, pero por lo menos no les veo representados por monseñor Rouco y el Papa caquéctico, se han llevado las tropas de Irak, y rondan algunas ideas para facilitar la vida a los homosexuales, mejorar las condiciones de aborto, reformar el divorcio, crear viviendas, ganar el salario mínimo. Y no están en la contrarrevolución francesa, como el partido popular desde hace dos siglos y pico (sus antepasados). No soy "antiamericano", y mi cultura se formó con la base de la nuestra, la suya y la de Europa; no quisiera perderla. Sólo creo que ha caído en las peores manos del país, las de Bush y sus profetas del mal. Tampoco creo en la Europa del capitalismo neoliberal, ni en la de sus políticos, aunque se disfracen de socialdemócratas. Pero europeizar es una manera de empezar a cambiar, de integrarse en una mayoría con el pensamiento amplio. Nunca a través del PP y sus alianzas: Rouco y el Opus, los "guerrilleros", los "legionarios", los "kikos": el espíritu de la Almudena.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_