"He sufrido como un perro, pero empieza a gustarme esto de ganar"
"¡Ay!", exclamó al sentarse, como si le doliera todo. Le dolía todo. Tenía el rostro congestionado, resoplaba, apenas podía esconder la tos. "Congratulations, Sete", le felicitó un periodista. Asintió con la cabeza mientras goterones de sudor le resbalaban por las mejillas. Sete Gibernau, el ganador en Le Mans, el líder, y cada vez más líder, en la categoría reina del motociclismo mundial, se presentó agotado ante los medios de comunicación tras un esfuerzo que él mismo calificó de "descomunal". La fiebre, que le ha venido acosando estos días, tuvo la culpa. "Mentiría si dijera que durante la carrera me ha afectado. Debe de ser la adrenalina, que te ayuda a superarlo todo. Incluso 38 grados de fiebre".
A su lado, Carlos Checa, que no subía a un podio desde que en septiembre de 2002 lo hiciera en Portugal, sonreía y explicaba el desarrollo de la carrera: "No he podido despegarme de Sete. En una curva me he abierto demasiado, me ha adelantado y se me ha escapado". Pero aguantó Checa en el segundo puesto pese a los arreones de Biaggi, su perseguidor junto a Rossi. "Veía que Biaggi estaba ahí, muy cerca. Lo he pasado mal cuando en el último tramo nos hemos encontrado con pilotos doblados. Y no se puede estar luchando 27 vueltas para que en la última se te vaya todo por la borda porque un doblado no se quite a tiempo", advirtió quizá recordando algún que otro episodio desagradable. Como aquél ocurrido en Brasil hace dos años, cuando estaba a punto de ganar a Rossi y se encontró de golpe a West, un doblado, en la curva de entrada a la meta. Se quedó sin triunfo.
Ni los doblados ni la fiebre evitaron que Gibernau conquistara su séptima victoria. Un Gibernau que, a sus 31 años, se siente, cada día que pasa, mejor corredor: "He crecido mucho como piloto. Pero tengo que bajar la cabeza y saber que queda mucho por hacer. Sin ir más lejos, hoy
no hemos trabajado bien porque no hemos aprovechado al ciento por ciento lo que tenemos. Y yo me incluyo, por supuesto. En el tramo final, he sufrido como un perro". Preguntado si, visto lo visto, ya se consideraba el máximo candidato para el título, Sete no se salió de su discurso habitual: "Me veo candidato a hacerlo bien en cada carrera. Se ha dicho que ya tengo los mejores materiales de Honda, pero yo no los he visto".
La marca japonesa sigue apostando por dar el material más evolucionado a sus dos pilotos oficiales, el brasileño Álex Barros y el estadounidense Nicky Hayden, séptimo y undécimo ayer. "Creo que la clasificación de la carrera lo dice todo", se limitó a comentar Sete cuando se le preguntó al respecto. Y añadió: "No pierdo energía pensando en lo que hacen los demás. Soy el único que he estado en el podio en los tres grandes premios disputados y empieza a gustarme esto de ganar".
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