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ESCENA

El gran actor italiano Di Francescantonio trae su teatro filosófico a la sala Mirador

A veces ocurren estos milagros. Franco di Francescantonio, uno de los grandes actores europeos y un mito escénico en Italia, donde protagoniza muchas obras del mítico Piccolo Teatro di Milano, bajo la dirección de primeras figuras, se encuentra en Madrid, donde actuará desde hoy y hasta el 9 de mayo en la pequeña sala Mirador con Las confesiones, de Tolstoi. Un bello monólogo con el que ha cosechado varios premios (uno de ellos en San Petersburgo), que puso en pie hace ocho años con el director y traductor del texto Riccardo Sottilli, otro gran pope del teatro italiano.

El espectáculo nació de una propuesta llevada a cabo por el actor y el director que han hecho la adaptación, en la que sólo han transformado al personaje protagonista de escritor de la decimonónica aristocracia rusa en un actor en los tiempos actuales. "Las cuestiones que plantea, su lenguaje, la crudeza de su razonamiento y la intensidad dramática son las mismas que en el texto original", dice Sottili, a lo que añade Francescantonio: "El personaje es un intelectual irónico, a veces muy cómico, que se sitúa frente a los problemas de todos".

Cristina Rota, directora de la sala Mirador y del Centro de Nuevos Creadores, la escuela de interpretación que lleva su nombre, se muestra eufórica por la presencia de estos profesionales en su pequeño teatro independiente: "Si los tenemos en la Mirador es por amor al arte, ellos podrían elegir otros escenarios más ostentosos o trabajar cómodamente en grandes teatros italianos o europeos, pero, tras dos años de gestiones, están aquí y sólo puedo agradecer su generosidad".

Las confesiones, de Tolstoi, no es sólo un diario que emana directamente de las vivencias personales del autor de El idiota, sino que también es el resultado de una profunda crisis intelectual y existencial que el escritor tuvo a partir de 1847. El director cuenta que Tolstoi tenía 19 años cuando escribió en su diario: ¿cuál es el sentido de la vida del hombre? "La lucidez del razonamiento con que ataca la conciencia occidental, la pasión con la cual renuncia a comprender la vida a través de la razón para abrazar un pragmatismo ético, su violencia, el lenguaje irónico y dramático con el cual expone su pensamiento, me convencieron de que Las confesiones no sólo era un buen material para una obra de teatro, sino una oportunidad para establecer, una vez más, la relación existente entre el teatro y la filosofía", señala Sottili quien decidió junto a Francescantonio materializar a través del texto de Tolstoi la necesidad de ambos de "hablar sobre la cultura de nuestro tiempo, nuestros valores y nuestra visión del mundo".

No es la primera vez que Francescantonio lleva al teatro textos que casi se podrían considerar tratados filosóficos: "Con ello busco una humanidad cercana a mí; la búsqueda de la filosofía es como la de la poesía, me permite llegar a otro sitio, acceder a espacios más elevados de la conciencia, lejos de la concreción de la realidad que a veces nos machaca el deseo y la fantasía", y añade, "en cualquier caso, el concepto de lo que perseguimos no es otro que el hacer un teatro necesario, y éste relaciona claramente el teatro con la filosofía".

Di Francescantonio no se muestra preocupado por el hecho de que la obra sea en italiano: "Es cierto que el idioma a veces puede ser un muro, pero el teatro tiene una gran fuerza, con la que es capaz de derrumbarlo".

Las confesiones. Sala Mirador. Doctor Fourquet, 31. Jueves, viernes y sábado, a las 20.00. Domingos, a las 19.00. 12 euros.

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