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Entrevista:MANUEL MARÍN | Presidente del Congreso de los Diputados

"Sí, soy un puñetero"

Pregunta.

Presidente de las Cortes. Pero ¿no quería usted otra cosita?

Respuesta. Pues sí, pero yo me acomodo a lo que sale.

P. Es que dicen que ZP se lo quería quitar de encima porque le salió respondón.

R. Categóricamente no. Es verdad que tengo mis ideas y mis criterios, muchos de ellos muy firmes. Pero estoy muy agradecido. Hasta el momento me lo estoy pasando maravillosamente bien.

P. ¿Tiene señorías que apuntan levantiscas?

R. Hasta ahora he tenido bastante suerte. Lo que tengo es mucho tertuliano, en la fila de las columnas, al final, que mete mucho ruido.

P. ¿Cuál será el lema de su pontificado, tipo el "Manda huevos" de Trillo?

R. "Señorías, tomen sus precauciones". En el debate de investidura, algunos nuevos entendieron que el escaño tenía un respeto extraordinario durante todo el tiempo, y al cabo de unas horas yo les veía que se hinchaban. Les advertí que tomaran sus precauciones.

P. ¿Les mandó al baño porque usted es una madre o porque muchos están de la próstata?

R. Por las dos cosas.

P. Ha pedido consejo a todos sus antecesores. ¿Y a los leones?

R. También. El de la izquierda, ZP, me dio absoluta libertad para conducir la reforma de la casa, uno de mis empeños más grandes.El de la derecha, MR [Mariano Rajoy], ha tenido conmigo un comportamiento muy educado y muy cortés.

P. En la constituyente usted introdujo, copiado del baloncesto, el sistema de votar con los deditos: uno, sí; dos, abstención; tres, no. ¿Es su gran aportación al parlamentarismo?

R. De momento, yo creo que ha sido la más fuerte. Alfonso Guerra pretende que se le ocurrió a él. Pero fue Manolo Marín, que estaba hasta ahí mismo de correr de arriba abajo por los bancos indicando el sentido del voto.

P. ¿Y cuál sería la gran aportación de su antecesora, Luisa Fernanda Rudi?

R. Pues mire, yo creo que... Ay, no me pregunte eso.

P. Veranea junto a una playa nudista, pero va alicatado hasta el techo. ¿Teme que, de destaparse, hubiera desvanecimientos?

R. No, no, en absoluto. Lo que pasa es que yo soy muy pudoroso y muy tímido. En el fondo, soy un frágil. Y no me pongo una burka porque...

P. "Soy un permanente insatisfecho". ¿Qué le dice el psicoterapeuta?

R. Soy tan insatisfecho que sólo soy feliz con las películas de Jack Nicholson. Y el psicólogo me dice que me dedique a Nicholson, a Woody Allen... Y que abandone a Bergman.

P. ¿Qué responsabilidad tienen en lo suyo los marianistas de Ciudad Real?

R. Pues seguramente alguna. Yo, un niño de provincias, en los años cincuenta y sesenta viendo durante toda la Cuaresma La túnica sagrada, Marcelino pan y vino, Molokai y Fray Escoba.

P. Y eso marca.

R. ¡Hombre! ¿Qué le parece? Y eso que, en mi evolución personal, he tenido suerte. Porque soy manchego. Y sabrá que a Don Alonso Quijano se le secó el cerebro leyendo libros de caballerías. Y que se te seque así, vale. Pero a mí estuvo a punto de secárseme con el Tratado de Maastricht. Acojonante. Soy un auténtico superviviente.

P. Tiene fama de metódico, ordenado y contenido. ¿Cuál es el mayor exceso que comete?

R. Sí, soy un puñetero. ¿Que qué me gustaría? ¿Con las señoras, dice?

P. Eso lo ha dicho usted.

R. He tenido variaciones. De jovencito tenía fantasmas con Katharine Hepburn. Luego, con Charo López y Fanny Ardant. También me hubiera gustado mucho ser director de orquesta. Y un gran ciclista.

P. Acaba de publicarse el libro Cómo dejar de hacerse pajas mentales y disfrutar de la vida. ¿Le interesa?

R. Muchísimo. Mándemelo. Porque ése es mi problema, mi ánimo perfeccionista y cartesiano. Si se trata de pelearse por el récord de pajas mentales, yo puedo ser de los primeros de Europa.

P. ¿Qué es lo más sorprendente que se ha encontrado aquí abriendo armarios?

R. Pues un libro de santos.

P. ¿Sería de Trillo o de Rudi?

R. [Carcajada].

El presidente del Congreso, demostrando parte de sus habilidades el pasado viernes en el Jardín Botánico de Madrid.
El presidente del Congreso, demostrando parte de sus habilidades el pasado viernes en el Jardín Botánico de Madrid.ULY MARTÍN

PERFIL

Con 54 años y dos hijas, afirma que su forma de concentrarse y producir intelectualmente es hacer algo con las manos. Por eso se dedica a la cocina, la jardinería, la restauración de muebles -dice que borda la muñequilla- y la pesca del atún. Se confiesa perfeccionista, con un toque "luterano y cartesiano de la vida".

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