Ben Pimlott, historiador británico, biógrafo de la reina Isabel II
Ben Pimlott, historiador británico y biógrafo de la reina Isabel II, falleció el pasado 10 de abril a consecuencia de una leucemia diagnosticada el verano pasado. Tenía 58 años y se encontraba en la plenitud de su carrera profesional, publicando hasta hace pocos meses artículos en la prensa general y especializada y dirigiendo en calidad de rector el Goldsmith College de la Universidad de Londres. Entre sus obras más influyentes sobresalen una biografía revisionista del político laborista Hugh Dalton y un estudio de tono constitucionalista sobre Isabel II, publicado inicialmenente en 1996, revisado y ampliado cinco años más tarde.
Benjamin John Pimlott nació en Londres el 4 de julio de 1945, la víspera de la rotunda victoria electoral del Partido Laborista que condujo a Clementt Attlee a Downing Street. El laborismo estaba enraizado en su familia a través de su padre, John Pimlott, anterior secretario personal y asesor de Herbert Morrison. El joven Pimlott se acogería a la tradición fabiana del movimiento laborista, corriente moderada surgida en la London School of Economics (LSE) y que profesa la acción del Estado y la promoción de una élite educada.
Cursó estudios de política, filosofía y economía en la Universidad de Oxford, donde coincidió con el entonces estudiante Bill Clinton. Y realizó el doctorado en Newscastle, cuya universidad le ofreció su primer puesto académico en 1970. Antes, asistió al conde Avon, el anterior primer ministro conservador Anthony Eden, como documentalista político y en la preparación de sus memorias.
Durante su primera década de docencia, en Newscastle, Pimlott se presentó en tres ocasiones a las elecciones generales como candidato laborista. Después de su último fracaso, con la llegada al poder de Margaret Thatcher en 1979, se desvanecería definitivamente la ilusión por ocupar un escaño en el Parlamento de Westminster. Optó entonces por centrarse en la vida académica en un itinerarío que le llevó desde el norte de Inglaterra a Londres como investigador, profesor y, finalmente, rector.
En la LSE, donde ingresó en 1979 como asistente en investigación, descubrió la materia prima para su más celebrado trabajo, la biografía de Hugh Dalton, el primer ministro laborista de Finanzas tras la II Guerra Mundial. Publicada en 1985, e inmediatamente garlardonada con el Premio Whitbread en biografía, la obra tiene su fondo documental en los diarios privados de Dalton que Pimlott revisó para su posterior edición por encargo de la LSE. La propios diarios, publicados en dos volúmenes en 1986 y 1987, se consideran material esencial de referencia para historiadores, presentes y futuros.
En la misma línea revisionista se encuadra la biografía del líder laborista Harold Wilson, que vio la luz en 1992. En el libro, Pimlott recupera a una controvertida figura de la izquierda británica de la década de los sesenta, que había caído en desprestigio con el auge del thatcherismo. Apoyado en experiencias personales, y con un limitado acceso a los documentos oficiales, el historiador dio brillo a la gestión del Gobierno de Wilson y a la destreza con que el entonces líder manejó las divisiones de su partido sobre la cuestión europea.
Pimlott sorprendió en 1996 con su último trabajo biográfico: La Reina: una biografía de Isabel II. Teórico, parco en anécdotas y excesivamente acádemico para unos, el estudio es celebrado por otros por la dimensión humana que proyecta sobre una figura inaccesible por tradición y experiencia. Isabel II no concede entrevistas y, como comprobó el autor de su biografía, tampoco comenta sobre lo que de ella se escribe. Pimlott fue invitado a palacio poco después de publicar la autobiografía, pero el libro nunca surgió en el transcurso de la conversación que mantuvo con la soberana.
La Reina suscitó cierta polémica entre los expertos constitucionalistas y aseguró la presencia permamente de Pimlott en los medios de comunicación. Corrían malos tiempos para la monarquía, con la crisis marital del Príncipe de Gales, los dificultades de otros miembros de la familia y la trágica muerte de la princesa Diana. Cadenas de televisión y emisoras de radio invitaban a Pimlott a comentar sobre cualquier nuevo escándalo, que el historiador analizaba como si se tratara de la más fundamental cuestión de Estado. El concienciado biógrafo se negó a seguir el juego de los que veían la crisis de los Windsor como un interminable culebrón.
Mientras, Pimlott atendía a sus alumnos en el Birkbeck College, de Londres, donde impartió clases de política e historia contemporánea desde 1981 a 1999. Siguió publicando ensayos y textos históricos, entre ellos, Los medios en la política británica, escrito en cooperación con su esposa y madre de sus tres hijos, Jean Saton.
Experto en el movimiento laborista, Pimlott no prosperó, sin embargo, en la política práctica. El primer ministro, Tony Blair, confió en un círculo de intelectuales de la LSE para sentar las bases ideológicas de su Tercera Vía y relegó a un segundo plano a Pimlott y otros portavoces de la tradición fabiana. Apartado del círculo de poder, el principal biógrafo laborista de las últimas décadas coronó su trayectoria académica aceptando, en 1988, la rectoría del Goldsmith College.-
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