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Crónica:FÚTBOL | España tendrá un finalista en la Copa de la UEFA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Villarreal se doctora en Europa

El equipo español demuestra su superioridad técnica ante el Celtic y pasa a semifinales

Maestro ya en el arte de la economía de esfuerzos, el Villarreal sacó ayer todas sus virtudes en el momento justo y en el lugar adecuado para entrar en la historia. La técnica de Roger y Riquelme, la contundencia de Coloccini, el instinto goleador de Anderson y la sobriedad de Reina en la portería. Con el esfuerzo impagable de todos los demás. Así tumbó ayer al siempre entusiasta pero también siempre inocente Celtic, muy limitado a la clase de Larsson, el único que parecía capaz de complicarle la vida al Villarreal. Con un plantel de apenas 19 profesionales, el conjunto de Paquito ha sabido dosificarse para llegar donde nunca jamás había soñado esta pequeña localidad de apenas 40.000 habitantes: a las semifinales de una competición europea. Y no es que haya tenido un camino fácil. Se deshizo primero del Roma y ayer de uno de los clubes con más pedigrí, campeón de Europa en 1967 y pasado finalista de la UEFA.

VILLARREAL 2 - CELTIC 0

Villarreal: Reina; Belletti, Ballesteros, Coloccini, Arruabarrena; Battaglia, Josico; José Mari (Venta, m. 85), Riquelme, Roger; y Anderson.

Celtic: Marshall; Valgaeren, Varga, Balde, McNamara; Agathe, Lennon, Pearson (Wallace, m. 70), Miller (Smith, m. 70); Larsson y Petrov.

Goles: 1-0. M. 5. Anderson bate de cabeza a Marshall, algo adelantado, a pase de Belletti.

2-0. M. 67. Roger empalma con la zurda un pase al área de Anderson.

Árbitro: Massimo De Santis (Italia). Amonestó a Valgaeren, Josico, Pearson, Battaglia, Arruabarrena y Venta.

Unos 21.000 espectadores en el Madrigal.

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Toda la candidez que durante decenios ha caracterizado al fútbol británico se concentró en el minuto seis. En el balcón de su área grande. Los gigantescos centrales del Celtic (Varga y Balde) se quedaron mirando al cielo, de donde caía un globo que había enviado desde la derecha Belletti. Lo miraban como si tal cosa, se diría que hasta con admiración, así que Anderson decidió meterse entre medias de los dos gigantes y cabecear bombeado por encima del portero Marshall. A sus 34 años y con la rodilla de cristal, Anderson presumió un chollo a la vista: dos centrales pesados y lentos, que caían en todas las trampas. El delantero brasileño, además, pasaba a encabezar la lista de goleadores del torneo, con seis tantos.

La tarde, aunque fresca, estaba para disfrutar del fútbol. El ambiente era espléndido, como suele suceder siempre que el Celtic está presente, y ahí Riquelme reclamó sus derechos. Consciente de sus limitaciones físicas, el mediocampista argentino ha decidido reservarse para las grandes citas. Se juntó con Roger y enseñaron su superioridad técnica en el centro del campo. Eso sí, durante muy poco tiempo. A Riquelme se le apagó la luz. Entró en reserva antes de lo previsto, exhausto ante el empuje escocés. Sin que Josico ni Battaglia se impusieran en el trabajo sucio. Comenzó el Celtic a empujar y apareció Larsson, que sigue siendo de largo, a los 33 años, el mejor jugador de los católicos escoceses. Todos sus movimientos entrañaron peligro para el Villarreal. Como aquel taconazo que despejó el camino del lateral zurdo McNamara, arrollado impunemente por Arruabarrena dentro del área. Suerte para los españoles que Coloccini estuvo espléndido.

El caso es que el Celtic iba metiendo a su adversario en su rincón y, a cada córner, bramaba la hinchada verdiblanca. El Villarreal había perdido por completo el centro del campo y el portero Reina, muy inspirado, hubo de emplearse a fondo en un par de ocasiones. El conjunto de Paquito empezó la segunda parte con un alarde del meta Reina: envió un larguísimo pase con la mano al lateral Belletti, que llegó por el extremo hasta la línea de fondo, aunque centró sin fuerzas. El internacional brasileño parecía el más entero físicamente, el único capaz de pegarse una carrera de 50 metros. Entendió el Villarreal que debía defenderse más arriba y ahora sí Josico y Battaglia marcaron su ley, la de una coordinada presión en la medular que permitía lanzar a Anderson al contragolpe.

Por su evidente agotamiento, no parecía Riquelme el más adecuado para prolongar el contragolpe local, y, sin embargo, así sucedió. De él arrancó la jugada que sentenciaría el partido. Le hicieron falta, pero el árbitro aplicó muy bien la ley de la ventaja, José Mari cedió el balón a Anderson, éste centró con la izquierda y Roger descerrajó uno de sus imprevisibles zurdazos. Más que nada porque el volante catalán esperaba el centro detrás del defensa Valgaeren, que aparentemente tenía toda la ventaja. Pero se durmió. Y Roger, por detrás, metió el botazo. Para que Vila-real entrara en una bella historia que ni siquiera había imaginado.

Coloccini y José Mari abrazan a Anderson, autor del primer gol.
Coloccini y José Mari abrazan a Anderson, autor del primer gol.ÁNGEL SÁNCHEZ
Anderson celebra el tanto con el que el Villarreal abrió el marcador frente al Celtic de Glasgow.
Anderson celebra el tanto con el que el Villarreal abrió el marcador frente al Celtic de Glasgow.ÁNGEL SÁNCHEZ

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