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Reportaje:LOS DISCOS DE TU VIDA 2

'Lady Soul', de Aretha Franklin

Diego A. Manrique

Lanzado en 1968, Lady Soul es uno de los elepés clásicos de Aretha Franklin de sus años en Atlantic. Junto a éxitos como el incendiario Chain of fools y Natural woman, hay majestuosas recreaciones de temas de James Brown, Curtis Mayfield o Ray Charles. Entre los acompañantes aparecen nombres estelares: King Curtis, Bobby Womack, Eric Clapton o Joe South. La reedición conserva el entusiasta texto de Jon Landau, entonces crítico musical y luego productor y manager de Bruce Springsteen. EL PAÍS ofrece Lady Soul a los lectores del diario, a partir de mañana, jueves, por 5,95 euros.

Aunque Aretha Franklin sigue grabando, se podría decir que es hoy una figura más cercana a la penumbra que a los focos: su fobia a volar limita drásticamente sus apariciones en público. Sin embargo, los ecos de su arte están en todo tipo de divas de la canción, blancas y negras, que siguen viviendo de sus enseñanzas, Consecuentemente, los programas de aspirantes al estrellato están repletos de imitadoras de las imitadoras de Aretha Franklin.

¿Qué es lo que hace grande a Aretha? Sus inmensos recursos interpretativos y su completa formación artística. Nacida en Memphis en 1942, es hija de un destacado predicador afroamericano, el reverendo C. L. Franklin. Un hombre que recorre el circuito de las iglesias y que alienta la vocación musical de Aretha. Aparte, sus hermanas también destacan: Erma Franklin es la autora de Piece of my heart, luego exacerbada por Janis Joplin; Carolyn Franklin igualmente canta y compone, como revelan los créditos de Lady Soul. Crecen en el East Side de Detroit, un barrio del que también proceden los Four Tops, Smokey Robinson o Jackie Wilson.

Es cierto que todos los grandes vocalistas del soul tienen educación gospel. Lo que diferencia a Aretha es que sus primeros pasos discográficos, con Columbia, consisten en un recorrido por diferentes músicas. Como cantante y pianista, se acerca tanto al jazz como a los musicales. Son 10 discos inciertos pero que proporcionan a Aretha un máster en los misterios del gusto del público y en los enrevesados caminos de la industria.

La locomotora del 'soul'

Cuando Aretha ficha por Atlantic, la compañía neoyorquina dedicada a la música negra, se produce el milagro. Atlantic ya está subida en la locomotora del soul pero depende de sus contactos en el sur de Estados Unidos, sus pactos con sellos en ebullición como Stax. Ahora debe demostrar que también domina la alquimia: se trata de transformar el exuberante rhythm

and blues urbano en la soul music, que transporta mensajes de liberación personal y orgullo comunitario. En Atlantic saben que Aretha es oro puro, un volcán que debe canalizarse. Se trata de buscarle material adecuado a sus posibilidades, canciones con resonancia universal. Luego, hay que conseguir arregladores y músicos a su altura. El productor, Jerry Wexler, y el ingeniero Tom Dowd aceptan el reto. Llevan a Aretha a Muscle Shoals, Alabama, en el sur profundo, donde se está cocinando el mejor soul.

Aretha y su marido sufren un shock cultural. Resulta que muchos artesanos -músicos y compositores- del soul sureño son blancos que, a primera vista, no se diferencian mucho del estereotipo del redneck, el cazurro rural y racista. Hay malentendidos, palabras airadas, broncas, Wexler decide transportar a los músicos a Nueva York, donde la grabación concluye felizmente.

La misma fórmula se usa en Lady Soul. Los instrumentistas sureños tocan con figuras neoyorquinas como King Curtis y Bobby Womack; hasta Eric Clapton mete una respetuosa guitarra de blues en Good to me as I am to you. En Lady Soul está una cantante en la cima de sus poderes, que no teme las comparaciones y personaliza éxitos de James Brown, Ray Charles, los Impressions y los Young Rascals. El gran éxito del disco es el vibrante Chain of fools pero brilla especialmente Natural woman, una composición de Carole King que Aretha transforma en himno femenino. Piano de iglesia, los coros de las Sweet Inspirations, las cuerdas de Ralph Burns... y Aretha. Néctar de soul.

Aretha Franklin, en un concierto en Nueva York en 2001.
Aretha Franklin, en un concierto en Nueva York en 2001.REUTERS

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