12.000 escoceses en Vila-real

Vila-real, ciudad industrial de apenas 40.000 habitantes, recibe con hospitalidad la avalancha escocesa: cerca de 12.000 hinchas del Celtic de Glasgow, que se enfrenta hoy al Villarreal con un 1-1 del choque de ida (20.00, La 2 y Canal Nou). ¿Cómo? Con una paella para 5.000 personas organizada por la Agrupación de Peñas del Villarreal, regada de abundantes barriles de cerveza. Y con una pantalla gigante instalada por el Ayuntamiento para que los seguidores escoceses que no puedan acceder al Madrigal puedan ver el partido. Sólo 3.800 de ellos tenían ayer la localidad, si bien se espera que funcione la reventa. Y como la capacidad del estadio es de 23.000, Paquito, el técnico del Villarreal, bromeó: "Como no entiendo el inglés, cuando canten pensaré que están animándonos", informa Javier Pérez.

Pero la gran amenaza para el Villarreal será hoy el goleador sueco del Celtic, Henrik Larsson, de 33 años. Hijo de un marinero de Cabo Verde y una sueca, Larsson llegó al Celtic en 1998, del Feyenoord. A estas alturas del curso ya suma 35 tantos, seis en Europa. Su consagración se produjo en el Mundial de EE UU 1994. Tras el varapalo de la eliminación frente a Senegal en Corea y Japón, en 2002, Larsson anunció su retirada de la selección. Pero ahora estudia regresar. Lo reclaman. De jovencito tuvo que soportar los prejuicios racistas de algunos compatriotas. Cuando debutó en el Hogaborg, a los 15, un periodista tiró su actuación por tierra. Años más tarde, se vengó: tiró al informador vestido a una piscina. Bota de Oro en 2001, es adorado por los católicos del Celtic desde que conquistara, en su primer curso, una Liga que se resistió un decenio.