Air France inicia el proceso para su fusión con la holandesa KLM

Ayer se abrió la oferta pública de intercambio de acciones entre la compañía aérea gala Air France y la holandesa KLM, valorada en 784 millones de euros. El proceso, cuyo inicio había sido aplazado dos veces, deberá finalizar el próximo 3 de mayo y comportará la progresiva privatización de la sociedad francesa. Si hasta ahora el Estado posee el 54% de los títulos, por un simple efecto de dilución en una sociedad mayor, ese porcentaje se reducirá hasta el 43,7.

El grupo resultante de la fusión será el mayor del mundo en el sector del transporte aéreo por su volumen de negocio, que se situará alrededor de los 20.000 millones de euros, y el tercero por pasajeros, sólo superado por las compañías estadounidenses American Airlines y United Airlines.

La fórmula de intercambio indica que los accionistas de KLM recibirán, a cambio de cada diez acciones aportadas, 11 títulos de la nueva sociedad y diez bonos de suscripción para comprar otros títulos al precio de 20 euros.

La sociedad o grupo resultante de la fusión permitirá a los representantes de los intereses franceses poseer el 81% de las acciones, y a los holandeses, el 19% restante. Esa desproporción no repercute en el equipo directivo, que, al menos durante los tres primeros años, estará integrado por cuatro franceses y cuatro holandeses. La presidencia será para Jean-Cyril Spinetta, el actual presidente y director general de la compañía gala.

La fusión también permite cambiar el panorama de alianzas a escala mundial. Air France formaba parte hasta ese momento de los acuerdos adoptados por una serie de compañías dentro de un acuerdo rebautizado como Skyteam y que permite dar continuidad a ciertos trayectos utilizando los vuelos de otras compañías como vuelos propios.

En la actualidad, Air France, junto con Delta Airlines, Alitalia, CSA, AeroMéxico y Korean Air Lines, controla el 13% del tráfico, por detrás de Star Alliance (23%) o de OneWorld (17%). Los actuales socios americanos de KLM, al integrarse en la alianza, situarán a ésta en pie de igualdad en el plano mundial y eso con la perspectiva de que antes de un año y medio las compañías-bandera china y rusa podrían incorporarse al proyecto.

La mayor inquietud ante la fusión no viene de los mercados -las acciones de KLM se revalorizaron un 2,71%, y las de Air France, un 1,68%-, sino de los sindicatos. Los trabajadores holandeses han obtenido garantías de que se mantendrán sus condiciones laborales durante un mínimo tres años. Los sindicatos franceses, por su parte, han denunciado que el único garante de los 60.000 empleos galos es el Estado, y éste, después de dejar de ser mayoritario en un plazo breve, prevé además vender sus acciones hasta quedarse con un máximo de un 20%.