"Sentí mucho miedo cuando empezaron a cantar en árabe"

Manuel Alonso, un vecino que lleva dos años en el barrio de Leganés Norte, no logra olvidar los momentos previos a la explosión. Nunca había visto a los vecinos de su piso de abajo, pero todo le resultó especialmente extraño cuando vio a varios agentes de paisano en el patio central de su inmueble disparando hacia una ventana cercana a la suya, desde la que tiraban los terroristas islamistas. "Sentí mucho miedo cuando empezaron a cantar en árabe", recuerda este afectado.

Manuel Alonso vive en el segundo piso del número 40 de la avenida de Carmen Martín Gaite, justo encima del alquilado por los terroristas inmolados. Reside solo desde hace dos años, pero circunstancialmente sus padres y su hermana se hallaban en su piso. Una reforma en el domicilio de estos últimos obligó a toda la familia a vivir juntos. "Alrededor de las seis de la tarde, yo estaba haciendo un plano de mis casa en el ordenador, cuando de repente oí como una especie de petardos en el patio interior de la casa, pero había algo raro en esos ruidos", recuerda el vecino.

Aquellos sonidos eran disparos efectuados por policías de paisano parapetados en cuclillas detrás de los buzones de la recogida neumática de basura (un sistema de tuberías subterráneas para la retirada de residuos sólidos). "Me asomé a la ventana y vi a una decena de las agentes de paisano que estaban repartidos por todo el patio. Luego me fui hacia las ventanas de la fachada principal [en la calle de Carmen Martín Gaite] y vi que estaba cortada y que no dejaban pasar a nadie", explica Alonso.

"Salimos por los aires"

A los pocos minutos, los vecinos de abajo comenzaron a cantar en árabe y a pegar gritos, de los que únicamente se entendía una palabra suelta: Alá. "No sabía quién estaba viviendo debajo. Creí que seguían en el piso unos sudamericanos, pero al oír los cánticos en su idioma, me di cuenta de que pasaba algo muy raro. Había mucho jaleo y alboroto en la vivienda", explica el vecino. "Entonces se me vinieron a la mente todas las imágenes que hemos visto en la televisión en los últimos días. Pensé: 'cómo estos tíos de abajo tengan explosivos como los otros de los atentados del 11-M, salimos todos por los aires", añade Alonso.

La policía llamó insistentemente al portero automático y dijo a todos los vecinos que abandonaran el edificio a toda velocidad por el ascensor. Cuando llegaron abajo, se toparon con una multitud de agentes de paisano en el portal. "Nos dijeron que saliéramos pegados a la fachada por la calle de Irene Fernández y que nos alejáramos de la zona porque había una situación muy peligrosa", recuerda el vecino de Leganés Norte.

La práctica totalidad de los vecinos del inmueble afectado se marcharon a gran distancia, mientras llegaban al lugar varias furgonetas de antidisturbios. Éstos se desplegaron por toda la zona y acordonaron varias manzanas alrededor de la vivienda de los terroristas. "Cuando explosionó la bomba, yo estaba muy lejos, por la zona oeste del barrio", apunta Alonso.

El piso que alquilaron los terroristas fue construido hace unos siete años, según el vecino. Consta de tres habitaciones, un salón, cocina y dos cuartos de baño, distribuidos en unos 90 metros cuadrados.

Alonso, al igual que otros vecinos del inmueble afectado, no conocía a los nuevos inquilinos. Éstos llegaron hace unos 15 días y no se relacionaban con el resto de la comunidad.