_
_
_
_
_

'Live 1964' atrapa el adiós de Bob Dylan a su época acústica

El doble CD se complementa con un libro y fotos inéditas del músico

Diego A. Manrique

The bootlegs series, la colección de Sony Music donde se lanzan grabaciones inéditas de Bob Dylan, llega al número seis. Se acaba de poner a la venta Live 1964-Concert at Philharmonic Hall, un doble CD complementado por un librito de 52 páginas que incluye un ensayo del historiador Sean Wilentz (que, con 13 años, estuvo presente en el concierto). Y numerosas fotos inéditas o poco conocidas.

Con Joan Báez como invitada, aquel recital de Dylan ante un público entregado avisaba del final de su época de cantautor desenchufado: temas como If you gotta go, go now o Gates of Eden pedían envoltura rockera.

No lo proclama, pero está conmocionado por las canciones de los Beatles y los Animals
El cantante deja las canciones que 'señalan con el dedo' en favor de las 'tridimensionales'

Celebrado el 31 de octubre de 1964, noche de Halloween, el concierto en el Philharmonic Hall de Nueva York se graba con vistas a lanzar un disco en directo de Dylan. El plan de la discográfica es salvar el bache de Another side of Bob Dylan, un elepé que no ha vendido lo esperado. Sin embargo, el cantante va más rápido que los disqueros: en dos días de enero de 1965 plasma lo que sera Bringing it all back home, su primer elepé electrificado, que adquiere prioridad sobre las cintas del Philharmonic Hall, que quedan congeladas hasta ahora, aunque ha habido abundantes ediciones piratas más o menas completas.

Live 1964 muestra al prodigioso chaval de 23 años que reina en el mundillo de la música folk. Un cantante-compositor brillante y carismático, capaz de mantener la atención de 2.600 personas durante dos horas con una guitarra y una armónica. Muy suelto, hace chistes privados e intercambia bromas con el respetable, que come en la palma de su mano: torea con habilidad a los que le piden piezas específicas; al guasón que le exige Mary tenía un corderito le pregunta si ésa es una canción de protesta.

Sin embargo, hay una tensión subyacente. Ya ha sido vapuleado en Sing out! y Broadside, órganos del folk politizado, lo que ha impulsado a Johnny Cash a mandar una apasionada carta en su defensa. En entrevistas, Bob ha advertido que dejara "las canciones que señalan con el dedo" en favor de lo que llama "canciones tridimensionales". Y ya toca versiones desnudas de Mr. tambourine man, Gates of Eden, It's alright ma (I'm only bleeding) y It's all over now, baby blue, que saldrán en Bringing it all back home.

Además, aunque se guarda de proclamarlo, está conmocionado por las grabaciones de los Beatles y los Animals (éstos han realizado una dramática versión de The house of the rising sun, una balada sobre la prostitución ya registrada por Dylan en 1961). Pero todavía no se atreve a tocar con un grupo de rock, algo que al año siguiente provocará una revuelta entre parte de sus seguidores, que le quieren limitar a las canciones de agitación y propaganda. Ya advierte que, al ser la noche Halloween, él también se ha puesto una máscara: "La de Bob Dylan".

El repertorio de Live 1964 evidencia que Dylan sabe jugar con las cartas a su disposición. Evita la obviedad de interpretar Blowin' in the wind, su superéxito, pero alterna los mensajes proféticos y las historias de amor, las canciones de protesta y los humorísticos talking blues. Esta última especialidad da mucho juego en directo, dado que los oyentes saben que Talkin' John Birch Society blues ha sido vetado por CBS (tanto por la cadena televisiva como por la discográfica), por burlarse de un paranoico grupo de anticomunistas. Asombra comprobar que el público neoyorquino se sabe esa canción, igual que otra inédita, Who killed Davey Moore?, lamento por la muerte de un boxeador que incluye la errónea información de que Fidel Castro ha prohibido el boxeo en la Cuba revolucionaria.

La aparición de Joan Báez en el escenario del Philharmonic Hall hace subir el entusiasmo de los espectadores: a todos encandila la idea de una pareja de seres talentosos, "el rey y la reina de la música folk". Hasta les perdonan los abundantes errores que tachonan Mama, you been on my mind; esos y otros despistes a lo largo del concierto hacen pensar a los enterados neoyorquinos que Bobby ha abusado del Beaujolais y la marihuana, entonces sus drogas favoritas. Esta noche se le perdona todo.

Al año siguiente, cuando agarre la guitarra eléctrica y se olvida de las canciones en blanco y negro, brotarán los insultos y las descalificaciones, con momentos de alto drama, como la aparición en el Festival de Newport, con Pete Seeger amenazando con cortar con su hacha los malditos cables que le unen al sonido del rock.

Bob Dylan, con 21 años, momentos antes de salir a escena para dar un concierto en Nueva York, en 1962.
Bob Dylan, con 21 años, momentos antes de salir a escena para dar un concierto en Nueva York, en 1962.REUTERS
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_